¿No es democrático?

El sector duro de los constitucionalistas ha declarado hace poco, bien alto y claro, que el nacionalismo vasco democrático no es democrático. La afirmación anterior es una desmesurada incoherencia, un absurdo de padre y señor mío. Porque decir que el nacionalismo vasco democrático no es democrático es como decir que el PP no es populista, que el PSOE no es español o que ETA no es independentista.

Porque si hay algo que desde siempre ha mantenido el nacionalismo vasco democrático, y ahí está la Historia, es la defensa a ultranza, en cualquier situación y momento, de medios y proyectos absolutamente pacíficos, dialogantes y pactistas, que se fundamenten, eso sí, en el apoyo mayoritario de la ciudadanía vasca.

También es evidente que el resto de las ideologías políticas que coexisten en Euskadi, no pueden decir lo mismo. Ni una; y aquí también está la Historia para el que lo dude. Porque cuando el constitucionalismo acusa de etnicista y excluyente al nacionalismo vasco democrático olvida que éste proclama que todos los vascos son ciudadanos con los mismos derechos y deberes, al margen de su condición ideológica, social o étnica; y olvida que en su Estado o Nación eso no pasa en multitud de casos. Véase los inmigrantes o las mujeres maltratadas, ante la parsimonia e indiferencia de muchos jueces.

Y cuando el constitucionalismo dice que el nacionalismo vasco democrático no es democrático por haber pactado con ETA, olvida que antes todos ellos han mantenido en varias ocasiones contactos y pactos con ETA. Y olvida que el acuerdo con ETA, fue hecho sobre la base de una condición innegociable: el cese de la actividad de ETA, lo cual aportó 18 esperanzadores meses de tregua. Por lo tanto, la repetida e infantil acusación realizada por el sector duro constitucionalista, respecto al pedriguí democrático del nacionalismo vasco de toda la vida, además de ser una burda calumnia, es todo un atentado a la inteligencia media de la ciudadanía. Por lo menos, a la de aquí. Y así nos va a todos.