Greenpeace revela que 4 barcos descargaron en julio madera de talas ilegales en Valencia
Los ecologistas, multados por un abordaje, critican la falta de ética del sector del mueble
Greenpeace denunció ayer que madera procedente de talas ilegales sigue entrando en Europa a través del Puerto de Valencia. En concreto, la organización ecologista detectó en julio el desembarco de cuatro buques procedentes de África procedente de empresas implicadas en talas ilegales. Greenpeace realizó esta denuncia justo un día después de que el Ministerio de Fomento multara con 60.000 euros a la organización ecologista por el abordaje en el Puerto de Valencia el pasado junio del barco Honour, supuestamente cargado de madera de empresas vinculadas a la tala ilegal.
Miembros de Greenpeace han inspeccionado durante las últimas semanas la descarga de madera en el Puerto de Valencia. De acuerdo con estas inspeccciones, los buques Sassandra (8 de julio), Laura Delmas (28 de julio), Rossane (30 de julio) y Guan He Kou (7 de julio) desembarcaron algo más de mil metros cúbicos de madera procedente de empresas implicadas en escándalos relacionados con la tala ilegal a gran escala en Camerún, según indica un comunicado que la organización ecologista envió ayer. Esa cantidad supone el 12%, aproximadamente, de toda la madera desembarcada.
Lejos de amilanarse por la reciente multa impuesta por Fomento, como resultado de un proceso sancionador por la acción del buque Rainbow Warrior a la entrada del puerto el pasado 13 de junio, que los ecologistas consideran que no se ajusta a derecho, Greenpeace incide en que los muelles de Valencia son una puerta de entrada de madera ilegal.
"El sector de la madera y mueble de la Comunidad Valenciana debería ser el primer interesado en frenar la tala ilegal e insostenible y conservar los bosques del planeta, pero hasta ahora, y salvo honrosas excepciones, sólo han dado muestras de irresponsabilidad y falta de criterios éticos", manifiesta en el comunicado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeac.
Los ecologistas comprobaron que en los muelles del Puerto de Valencia se desembarcaba madera procedente de la empresa Ingéniére Forestiére (Ing-F) -"controlada por un hijo del presidente camerunés, Paul Biya", apunta el comunicado- que en 2000 obtuvo por concurso dos grandes concesiones en Camerún y subcontrató a empresas para la tala de madera. Según Greenpeace, algunas de estas empresas están siendo perseguidas por el Ministerio de Aguas y Bosques (MINEF) de Camerún por su implicación en la tala ilegal a gran escala. Además, en enero de 2002, el MINEF anunció que se había multado a Ing-F con 1.490,640 francos cameruneses por cortar árboles por debajo del tamaño permitido y por cortar sin autorización árboles protegidos.
También se desembarcó madera procedente de la empresa de capital francés Société Forestiére et Industrielle de la Doumé (SID), perteneciente al grupo maderero camerunés Grupo Rougier, involucrado en numerosas actividades madereras ilegales a través de sus filiales, socios y compañías, por lo que fue multado por el MINEF con más de once millones de francos cameruneses.
Greenpeace reclama al Gobierno español que afronte el problema de la entrada ilegal de madera; primero en el Parlamemnto Europeo, y segundo, incluyendo en la futura ley básica de montes el artículo, eliminado, relativo a la exigencia de un certificado de sostenibilidad para las importaciones de madera.
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