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Marruecos critica la actitud de España y advierte de que tendrá consecuencias

Ana Palacio, la ministra de Asuntos Exteriores, multiplica los gestos amistosos hacia Rabat, pero su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, arremete contra ella como en los tiempos de la crisis diplomática bilateral.

"Mi homóloga Ana Palacio se comprometió públicamente a que el Gobierno español adoptase una actitud constructiva y neutral [sobre el Sáhara], pero observamos con pesar que su postura no es ni constructiva ni neutral y no sirve, en absoluto, a los intereses de ambos países ni a la seguridad y estabilidad en la región", afirma Benaissa en una entrevista publicada ayer por la edición marroquí del diario saudí As Chark el Ausat.

España, que presidió hasta ayer el Consejo de Seguridad de la ONU, está "jugando a la vez el papel de juez y parte" en el proceso de elaboración de la resolución sobre la ex colonia española, se lamenta el ministro. El martes por la noche, revela, advirtió por teléfono a la ministra de las consecuencias del apoyo español a una tesis rechazada por Marruecos.

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Cuando el miércoles por la noche se estaba imprimiendo As Chark el Ausat, Palacio, recién llegada de Varsovia, acudía a la recepción ofrecida por el embajador marroquí en Madrid, Abdesalam Baraka, con motivo de la Fiesta del Trono. Es la primera vez que un titular de Exteriores asiste a este acto. Dentro de unos días, Palacio tiene también previsto desplazarse a Asila, la ciudad de la que Benaissa es alcalde, para asistir al festival de verano que organiza.

Al margen de estos gestos, la andanada del ministro de Exteriores ha sorprendido a la diplomacia española. Lejos de hacer causa común con EE UU, la potencia que propuso la resolución de respaldo al plan de James Baker, que tanto disgusta a Marruecos, la presidencia española se esforzó por promover el consenso, según señalan fuentes diplomáticas.

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Críticas internas

Benaissa ha sido criticado en Marruecos por su gestión del contencioso del Sáhara no sólo por los semanarios de oposición independientes, sino por la prensa oficialista. "La reciente evolución del asunto del Sáhara marroquí ha puesto una vez más de relieve que nuestra fábrica diplomática se atasca con facilidad", editoriazaba el martes el diario Aujoud'hui Le Maroc.

En su discurso del miércoles, con motivo del cuarto aniversario de su entronización, el rey Mohamed VI elogió, sin embargo, a la diplomacia de su país, que tildó de "atrevida y eficaz".

Hace un año el monarca la había denostado públicamente, pero, aun así, cuando se formó en noviembre el nuevo Gobierno, mantuvo a Benaissa en su cargo y ascendió a su adjunto, Taieb Fassi-Fihri, a ministro-delegado. Ahora incluso los ensalza.

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