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La Asamblea Nacional francesa analiza los puertos-refugio

El público puede ser inducido a error si se le habla de los puertos-refugio "como quien habla de las áreas de servicio de la autopista", señaló el almirante Jacques Gheerbrant, prefecto marítimo de la zona atlántica de Francia, a la comisión parlamentaria francesa sobre la seguridad del tráfico marítimo. Todo vino a cuenta de si habría sido más correcto llevar el Prestige herido a un puerto-refugio.

Este es el tipo de problemas al que el almirante Gheerbrant se enfrenta con frecuencia: una docena de veces por año le toca ordenar la detención de un barco en dificultades y su traslado forzoso a un lugar donde pueda ser salvado. Pero su respuesta no da alas a los partidarios de los puertos-refugio. "No cabe duda de que varar un barco en una bahía para limitar el siniestro constituye una decisión que continuará siendo extremadamente difícil de tomar", dijo. A su juicio, "publicar una lista de puertos-refugio como si fueran las áreas de descanso de una autopista no es otra cosa que engañarse". Le parecen más eficaces la mejora de remolcadores y de los medios de seguimiento del tráfico marítimo (semáforos, radares, aviones). Y en lo que se refiere a la decisión sobre a qué puerto hay que llevar un barco en apuros, él defiende que se haga al máximo nivel: en el caso de Francia, sugiere centralizar esa decisión en el jefe del Gobierno.

Lucha preventiva

En sus conclusiones, la comisión parlamentaria tiene muy en cuenta que la lucha por la seguridad marítima debe ser, ante todo, preventiva, lo cual exige el refuerzo de los medios de control. En general, la comisión investigadora pide que se endurezca el trato hacia armadores, sociedades de clasificación y los Estados responsables del pabellón de un barco en caso de "falta comprobada". Asimismo piden que los barcos que entren en aguas territoriales europeas presenten garantías financieras proporcionales al costo de las contaminaciones que pueden provocar. Otra conclusión -obvia- es la defensa de la candidatura de puertos franceses para servir de sede a la Agencia Europea de Seguridad Marítima, creada el año pasado, cuyos medios deben incrementarse seriamente, a juicio de los parlamentarios franceses.

En lo que se refiere a su país, la comisión considera insuficientes los medios aéreos dedicados al control de la navegación y pide medidas para potenciar el pabellón nacional como medio de acrecentar la seguridad marítima: la flota comercial francesa, que era la quinta del mundo en 1960, se encuentra hoy en el puesto número 29, a causa del enorme crecimiento de los barcos que se acogen a pabellones de conveniencia.

Defiende la candidatura de puertos franceses para servir de sede a la futura Agencia Europea de Seguridad Marítima -cuya creación se decidió en 2002- y que la UE complete las indemnizaciones a las víctimas de los accidentes marítimos, dada la escasa cuantía de los fondos de que dispone el Fipol (Fondo Internacional de Indemnización), financiado por la industria petrolera de los países miembros.

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