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Bush ordena el despliegue de barcos de guerra en la costa de Liberia

Un ataque con morteros a una escuela en Monrovia causa ocho muertos

El presidente de EE UU, George W. Bush, ordenó ayer el despliegue de naves de guerra en la costa de Liberia para apoyar a las fuerzas de paz africanas que planean actuar en el país. En Monrovia, el fuego de los morteros golpeó ayer el centro de la ciudad, afectando a una escuela atestada de desplazados y causando más de una docena de muertos, señaló Guilhem Ravier, delegado en Liberia del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR).

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La Casa Blanca dejó ayer en claro en un comunicado que el despliegue será limitado. "El papel de EE UU será limitado en tiempo y alcance mientras las fuerzas multinacionales de la ONU asumen la responsabilidad por el mantenimiento de la paz y la ONU concierta una transición política", señala el texto. El comunicado no especifica el tipo de fuerzas que serán desplegadas, pero un grupo de barcos de guerra ya ha sido posicionado en el Mediterráneo para una eventual intervención en Liberia.

La decisión de Bush se produjo en una de las jornadas de combates más duros en Monrovia desde que las fuerzas rebeldes reemprendieran su avance hace una semana. "Temprano por la mañana comenzaron las explosiones de morteros en el centro", explica Guilheim Ravier. "Hemos recibido cerca de 50 heridos por los combates", dice, y añade: "Además de las granadas han habido muchos tiroteos". Una escuela cercana a la Embajada de EE UU donde se encontraban gran cantidad de desplazados fue blanco del fuego de los morteros, causando numerosas víctimas. "Al menos doce personas han muerto en los combates, incluyendo niños", señala Alain Kassa, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Liberia. "Tres cohetes han caído a unos metros de uno de nuestros centros", afirma.

Los ataques afectaron también a las oficinas atestadas de refugiados sierraleoneses del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Los tiroteos destrozaron las ventanas de una sala donde, ante la imposibilidad del traslado hacia una clínica, se improvisaba una maternidad con dos mujeres que estaban dando a luz. Unos 120 edificios públicos se han convertido en asentamientos para desplazados, según Alvaro de Vicente, de Acción contra el Hambre. "Ahora el peligro de la deshidratación por cólera es muy grande porque la gente no puede salir a buscar agua potable", dice De Vicente, recientemente evacuado de Liberia. "Hay asentamientos que precisan abastecimiento de agua diariamente, pero los combates de esta semana impiden llevarla", afirma. Hasta el sábado pasado se producían 300 nuevos casos críticos de cólera por semana.

Un hombre protesta ante uno de los muertos en al ataque a una escuela.
Un hombre protesta ante uno de los muertos en al ataque a una escuela.AP

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