"Fueron traicionados por el propietario de la casa"
Cientos de personas, a pesar del toque de queda que impide moverse por las calles entre las once de la noche y las seis de la mañana festejaron la muerte de los hijos del ex dictador. Desde los jardines de las casas numerosas personas dispararon al aire hasta bien entrada la madrugada "¡Uday y Qsay están muertos, lo hemos visto por la televisión!", exclamaba Hassan Zaif, un vecino bagdadí, mientras apretaba sin parar el gatillo de su fusil hasta que el cargado quedaba completamente vacío.
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