Todos a por Google
Yahoo compra Overture y Microsoft desarrolla un nuevo 'motor' para su buscador
La compra de Overture por parte de Yahoo, el pasado lunes, ha resucitado una lucha que parecía terminada. La batalla para convertirse en la página web donde los usuarios de Internet acuden a buscar información se produjo en la prehistoria de Internet. En plena burbuja, los buscadores como Lycos, Altavista, MSN (propiedad de Microsoft) o el pionero de este mercado, Yahoo, decidieron que un negocio que mantenía a sus usuarios breves segundos en su página, antes de ayudarles a saltar a la que realmente buscaban, no tendría futuro. Por eso, abandonaron el interés por sus buscadores para convertirse en portales que ofrecían múltiples servicios (correo electrónico, noticias, chat...).
Estas noticias están animando la cotización de las compañías de Internet hasta máximos desconocidos desde 1999
Y en esto llegó Google. El buscador, que no quiere ser ninguna otra cosa, está entre las cinco web más visitadas del mundo. Google ha conseguido gran parte de su éxito porque su tecnología es buena, y porque no admite publicidad tradicional en su web. Mientras los sufridos usuarios de los portales tienen que soportar pesadas publicidades animadas, y páginas y páginas que saltan (los pop-up), la página de Google permanece limpia de anuncios. Según The Wall Street Journal, la compañía californiana ya acumula el 32% de la cuota del mercado de las búsquedas. Le siguen Yahoo, con un 25%, y AOL Time Warner, con un 19%.
Google asegura, además, que es rentable, aunque no ofrece sus datos ya que no cotiza en Bolsa. La mayor parte de los ingresos del buscador se deben a sus "enlaces patrocinados", un tipo de publicidad relacionada con las búsquedas que realiza el usuario, pero completamente separados de ella. Y es precisamente esta técnica -las búsquedas pagadas- la que sostiene el mercado de la publicidad online. Según datos de PricewaterhouseCoopers y el IAB (Internet Advertising Bureau), el total del negocio cayó un 20% en 2002, pero los anuncios situados en búsquedas crecieron un 19%.
En realidad, el inventor de este tipo de publicidad no fue Google, sino GoTo.com, que después se convertiría en Overture. Esta empresa ofrecía, hasta ahora, su tecnología de pago por búsqueda a casi todos los buscadores del mercado -exceptuando, claro, a Google-. Sus dos mayores clientes eran MSN, el buscador de Microsoft, y Yahoo, que ya realizaba un quinto de sus ventas gracias a esta técnica de publicidad.
Por eso, la mayor parte de los analistas ha bendecido la compra de Overture que ha realizado Yahoo, por 1.630 millones de euros. "Es muy positivo para Yahoo", explica a este periódico Safa Rashtchy, el analista de Internet de US Bancorp. "Le posiciona como líder en las búsquedas y le ayuda a competir con Google. Es bueno, incluso aunque Overture pierda ahora al resto de sus clientes", añade.
Y es que Overture realizaba el 35% de sus ingresos gracias a su acuerdo con MSN. La incógnita ahora es cómo y cuándo moverá ficha Microsoft, aunque parece que la compañía ya ha comenzado a jugar. Un equipo de sus ingenieros está desarrollando sus propios algoritmos -según asegura un informe de la consultora Ovum- para sustituir su motor de búsqueda, que en este momento es de Inktomi, con el suyo propio. Además, hace unas semanas lanzó MSNbot, un rastreador de páginas web que la compañía pretende que sea más potente que el de Google. Hay analistas que, incluso, especulan con una posible compra de Google por parte de Microsoft, aunque ambas lo han desmentido.
Todas estas noticias, en todo caso, están animando las acciones de Internet hasta máximos que no se conocían desde 1999 (ver cuadro). La cotización de Yahoo, por ejemplo, se ha triplicado desde septiembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.