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Rajoy defiende que el sucesor debe continuar con la política de Aznar

Luis R. Aizpeolea

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió ayer la continuidad de la política de José María Aznar en un discurso sobre el "centro reformista" que pronunció en la Universidad de Verano en El Escorial, organizada por la FAES (Fundación de Análisis y Estudios Sociales). Rajoy, uno de los aspirantes mejor colocados para suceder en el cargo a Aznar, defendió el actual marco constitucional para defender la cohesión territorial; la inmigración regulada; el avance en la política europea en convergencia con la mejoría de las relaciones con Estados Unidos y las reformas económicas.

En la relación de Rajoy, analizada en clave de sucesión, no faltaban los ingredientes de la política de Aznar que él ha ejecutado como vicepresidente primero del Gobierno del PP en la segunda legislatura. Las novedades estaban en el énfasis que ofreció en algunas cuestiones como el diálogo con los partidos para ejecutar las reformas. "A veces es mejor quedarse en 8 con tal de lograr acuerdos y no en 10 y estar solo", enfatizó.

Otra novedad radica en las prioridades de su política de centro, lo que denominó como "la preservación de lo que nos une". Rajoy fijó tres prioridades: rechazo en este momento a las reformas de la Constitución y los estatutos de autonomía porque "no son necesidades imperiosas"; adecuar España a las reformas de la Unión Europea y regulación de la inmigración, a la que calificó como "el reto más importante del momento". "Quien venga a España debe integrarse y asumir sus reglas de juego", señaló el vicepresidente del Gobierno.

No figuraba en esta primera relación uno de los elementos clave de la política de Aznar: la estabilidad presupuestaria o el objetivo del déficit cero, que el Gobierno ha impuesto por ley.

"La amenaza mundial"

En el terreno de las reformas, abogó por el fortalecimiento de los espacios de seguridad y justicia como "obligaciones clásicas del Estado" y por asuntos de interés renovado como la lucha contra el terrorismo, de alcance global tras el 11 de septiembre de 2001. Rajoy hizo hincapié en que el terrorismo se ha convertido en "la principal amenaza mundial, una vez superado el enfrentamiento ideológico entre la izquierda y la derecha". "Tras el terrorismo laten enfrentamientos territoriales y religiosos".

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En el campo social, defendió que la seguridad social y el sistema de pensiones "deben ser nacionales y que, en ningún caso, deben transferirse a las comunidades autónomas", y aplaudió las iniciativas de sanidad y educación para consolidar leyes de cohesión. Redondeó su oferta social con un apoyo a las medidas en favor de la familia y las instituciones educativas.

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