La brecha de la renta media entre las regiones españolas más ricas y más pobres es del 60%

Los habitantes de Navarra, País Vasco, Balerares, Cataluña y Madrid tienen un 60% más de nivel de renta que los de Andalucía, Murcia y Extremadura, que figuran como las comunidades más pobres según el Anuario Económico 2003 de La Caixa. Aunque las desigualdades son muy amplias, desde 1991 se va produciendo un lento acercamiento entre autonomías. Cataluña lidera la actividad económica en España, a la que aporta el 19,8%, seguida por Madrid, con el 14,2%. En indicadores de riqueza (teléfonos, automóviles), el conjunto de la economía sigue por debajo de Europa.

Aunque la economía española creció en el periodo comprendido entre 1994 y 2002 un 30%, frente al 20% de Europa, este impulso no ha tenido un reparto homogéneo entre las distintas regiones. Las diferencias de renta son muy grandes entre las autonomías, según explicó ayer José Vicens, coordinador del Anuario Económico 2003 elaborado por La Caixa que, no obstante, precisó que se van reduciendo lentamente desde 1991.

Mientras los habitantes de Navarra o País Vasco -entre 1996 y 2001- tienen un nivel de renta anual media que va de 12.500 a 13.500 euros, en Extremadura el nivel medio apenas supera los 8.000 euros por persona. Baleares, Cataluña y Madrid, con una renta media de entre 11.500 y 12.500 euros por habitante, le siguen como las autonomías más ricas. En los puestos de cola se colocan Andalucía y Murcia, con un nivel medio de renta 8.225 y 8.800 euros sólo por delante de Extremadura (entre 8.225 y 7.300 euros).

Entre ambos extremos de riqueza, Aragón, La Rioja, Cantabria Castilla y León y la Comunidad Valencia se sitúan en la banda alta, mientras que Asturias, Canarias, Castilla-La Mancha y Galicia se acercan a las de menor riqueza por habitante.

Por provincias, las más ricas son Álava, Girona, Guipúzcoa, Lleida y Navarra, con una renta media por habitante superior a los 13.000 euros, mientras que en el extremo opuesto figuran Cáceres, Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén y Badajoz, con un nivel medio de renta no superior a los 8.500 euros por habitante.

La distribución de la riqueza por municipios de más de 50.000 habitantes, Alcobendas (Madrid), Barcelona, Bilbao, San Sebastián, Girona, Getxo (Vizcaya) y Lleida son algunos de los de mayor nivel de renta, superando los 13.500 euros por habitante. En las últimas posiciones se encuentran los municipios gaditanos de Algeciras, Jerez de la Frontera, La Línea de la Concepción y San Fernando, con una renta media de 7.500 euros por persona. Sánlucar de Barrameda (Cádiz) figura la última, con una renta media de 6.500 euros.

La distribución de la riqueza no se corresponde con el aumento de la población, que es mucho más caprichosa. Baleares (18,7%), Murcia (14,5%), Canarias (13,4%), Madrid (9,6%) y Valencia (7,9%) han registrado en el decenio (1991-2001) aumentos significativos de población, mientras que se ha producido un proceso de despoblación en Castilla y León (-3,5%), Asturias (-2,8%), Galicia (-1,3%) y País Vasco (-1%).

Por autonomías, Cataluña es la que muestra una mayor actividad económica (19,8% del total nacional), seguida por Madrid (14,2%), Andalucía (13,1%), Comunidad Valencia (10,5%) y País Vasco (6,9%).

Indicadores de riqueza

El anuario hace un estudio exhaustivo de distintos indicadores de riqueza de todos los municipios españoles con más de 1.000 habitantes. Por cada 1.000 habitantes en España hay 434 automóviles (un 5% menos que en Europa) y 413 teléfonos fijos (un 20% menos). Eso sí, hay una oficina bancaria por cada 1.000 habitantes, un 150% más que en Europa, y siete restaurantes o bares para atender a esa población, cuantía muy por encima de la media europea.

Isidro Fainé, director general de La Caixa atribuyó el descenso del número de oficinas de los bancos al resultado de las fusiones que han llevado a cabo en los últimos años y a su estrategia comercial más centrada en Latinoamérica, mientras que las cajas se han expandido y han cubierto "con creces" la caída de oficinas de los bancos. Indicó también que tras las advertencias del Banco de España de autolimitar la expansión de las cajas, éstas estaban "cumpliendo con crecimientos meramente vegetativos".