Al límite
La Reserva Federal ha vuelto a recortar su tipo de interés de referencia hasta situarlo en un 1%, por lo que el margen para nuevos ajustes de política monetaria tradicional parece agotado. En primer lugar, porque aunque recortara adicionalmente el nivel objetivo de los fondos federales, parece difícil que tipos a corto plazo por debajo de esa cota puedan ser aplicados por los distintos canales de transmisión de la política monetaria. Y, en segundo lugar, porque si los impresionantes estímulos practicados hasta el momento no han servido para reactivar la economía, ya sólo queda esperar a que los ajustes todavía pendientes terminen de corregirse.
Con tipos nominales a corto plazo muy cerca del 0% la Fed debe recurrir a herramientas menos convencionales. Entre estas, generar expectativas de recuperación, como pudo ser su intención el pasado martes al comenzar el comunicado posterior al FOMC señalando sus expectativas de recuperación económica (aunque no sea a corto plazo) y apuntando a que algunas variables ya han comenzado a experimentar cierta mejoría. Los índices de confianza del consumidor y de clima empresarial en los últimos dos meses han conseguido alejarse de los mínimos en los que se hallaban anclados y los indicadores de producción industrial y empleo muestran cierta estabilidad.
Con tipos nominales a corto plazo muy cerca del 0% la Reserva Federal debe recurrir a herramientas menos convencionales
La otra herramienta, menos convencional pero muy vinculada a la política monetaria, son los tipos de interés del resto de tramos de la curva. Para provocar su relajación, la Fed recurre a alertar del riesgo de deflación, estrategia que funcionó en la cita del 6 de mayo (el T-Note a 10 años se relajó 90 pb) pero que en esta ocasión parece que no ha encontrado credibilidad en el mercado. La publicación del IPC junto con la menor contundencia del recorte de la Fed ha provocado que las dos variables más sensibles las pasadas semanas al riesgo de deflación, dólar y tramo largo de la curva, hayan corregido gran parte del movimiento. A pesar de que no consideramos que vayamos a entrar en una fase de caída de los precios, parece difícil que las autoridades económicas estadounidenses permitan una TIR del 10 años por encima del 3,50% y un dólar por debajo de 1,15 unidades por euro, por lo que el margen de corrección en sendos mercados parece ya limitado.
David Cano y María José Huete son socio y analista de Analistas Financieros Internacionales
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