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Reportaje:CRISIS EN LA COMUNIDAD DE MADRID

La mejor defensa, un buen ataque

Zapatero decide pasar a la ofensiva contra el Gobierno ante el riesgo de que el conflicto dañe gravemente al PSOE

Anabel Díez

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Quedan sólo nueve meses para las elecciones generales y la ansiedad se cierne sobre el PSOE. Hay temor a no alcanzar la victoria, cuando parecía que ya se tocaba. La crisis de la Comunidad de Madrid ha provocado que José Luis Rodríguez Zapatero afronte mañana el debate del estado de la nación con una dosis de responsabilidad mayor de la prevista. Zapatero tiene que animar a los suyos y convencer a los ciudadanos de que el PSOE "es víctima" y no causante de la crisis y, por tanto, que se comprenda que no va a entregar cabezas sino "a pedirlas".

El líder socialista ha decidido pasar a la ofensiva. Quienes sostienen que no es el peor momento de Zapatero desde que llegó a la secretaría general del PSOE -hace ya casi tres años- se basan en datos electorales. El PSOE perdió las elecciones generales de 2000 por 10 puntos, y cuando Zapatero asumió el liderazgo del PSOE las encuestas daban al PP una ventaja de 15. Ahora, en plena crisis de la Comunidad de Madrid, la ventaja del PP no supera los dos puntos.

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Pero la desmoralización entre los militantes y los cuadros medios del PSOE haría pensar que los socialistas, en sólo una semana, han visto alejarse a distancia inalcanzable su eventual victoria electoral en 2004, que creían posible tras el resultado electoral del 25 de mayo. Bien es cierto que a medida que han surgido datos con nombres de personas del PP en el embrollo de presunta corrupción urbanística, la desazón ha ido mitigándose y la petición de responsabilidades, que Zapatero negó desde el primer momento, ya no se plantea con tanta insistencia.

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"No voy a bajar la cabeza, no voy a ponerme a la defensiva, sino que voy a pasar a la ofensiva. Denunciaremos este golpe, que quiere impedir que el PSOE gobierne no sólo en Madrid~, sino en España, en 10 años. Voy con ánimo y me pongo al frente para desentrañar la trama". Estas consideraciones de Zapatero, efectuadas ante la ejecutiva federal y ante los barones de su partido, permiten a todos los que le han escuchado constatar que "no está arrugado y no le han tirado a la lona".

Lo cierto es que la famosa ciclotimia del PSOE se puso de manifiesto con toda crudeza en las primeras horas, tras conocerse la fuga de los dos ex militantes el pasado 10 de junio. No sólo perdían la Comunidad de Madrid, sino que en diferentes corrillos del Parlamento y en cenáculos de todas las federaciones socialistas se hacían augurios de crisis total, que incluían a Zapatero. Pero duró poco y al día de hoy el apoyo a Zapatero es sólido en el PSOE.

"De esta desgracia sólo obtengo una satisfacción, y es el apoyo y afecto sincero que percibo de todo el partido", ha dicho Zapatero. Y es verdad, según aseguran en privado dirigentes territoriales. Entre antiguos dirigentes se ha escuchado criticar como un error el hecho de que Zapatero se haya puesto al frente de la crisis de Madrid, lo que le expone a todos los golpes. También tiene respuesta el interesado: "Los golpes los iba a recibir de todas formas y, además, es muy difícil abstraerse o esconderse cuando ha pasado algo tan brutal como lo sucedido en Madrid".

Zapatero sonrió cuando le comentaron que en el marasmo de las primeras horas de crisis hubo quien recomendaba "la disolución de la Federación Socialista Madrileña" y, por supuesto, la sustitución de Rafael Simancas como candidato. Y había más. Él mismo debía atarse los machos, porque si la crisis continuaba habría que sustituirle para las elecciones de 2004 por alguien del perfil de Javier Solana. Sólo ha respondido con un respingo y exclamaciones a las referencias a Simancas, para quien sólo tiene elogios. Pero Zapatero se queda con las muestras de apoyo que está recibiendo, desde José Bono a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, pasando por Joaquín Almunia y Felipe González.

Zapatero ha seguido su camino invariable y no ha cedido a las sugerencias de catarsis interna. "No voy a entregar ninguna cabeza, voy a pedirlas del otro lado". Tal fue la respuesta que Zapatero difundió por todas las terminales de su partido. "Se equivoca, se equivoca", siguieron diciendo algunos por toda España, pero también en voz baja. "Tenemos que asumir responsabilidades", han dicho dirigentes socialistas de gran prestigio y predicamento en el partido como el ex secretario general del partido Joaquín Almunia.

Sólo Almunia y los representantes de la corriente Izquierda Socialista han puesto voz y nombre a esta petición de responsabilidades, pero con mucha delicadeza. El portavoz de Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos, se ha avenido a las tesis del propio Zapatero. De acuerdo, primero investigar, pero que no se olvide la autocrítica interna para tomar medidas. Las habrá, pero no ahora, dice Zapatero

El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.
El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.BERNARDO PÉREZ

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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