"El hecho religioso ayudará al alumno a afrontar desafíos"

La ministra Pilar del Castillo (Nador, Marruecos, 1952) ha anunciado que la asignatura de Religión y su alternativa, el Hecho Religioso, tendrán el mismo valor que el resto de las materias y contarán para repetir curso. El refuerzo de la enseñanza de la religión y de su alternativa es una demanda histórica de la Conferencia Episcopal.

Pregunta. ¿Le ha pedido la Iglesia Católica este cambio en la enseñanza de la religión?

Respuesta. Los valores superiores de mi acción política son sólo dos: la libertad de pensamiento y el orden constitucional.

P. ¿A qué se ha debido este cambio?

R. Hay que situar las medidas específicas de la ley en un contexto. Se han reforzado los contenidos de humanidades y científicos, y hemos aumentado las horas mínimas de Matemáticas y de Lengua, que habían perdido mucho desde la Ley General de Educación, de 1970. Se ha introducido además la presencia de las tecnologías y hemos reforzado la lengua extranjera. El conjunto de reformas permite a la educación avanzar por un camino despejado de complejos y de dogmatismos que han fracaso una y otra vez.

"Un padre con sentido común estará satisfecho con la alternativa a la religión"

"En la base de estas reformas está que el sistema está sumido en una niebla de ficciones"

"Los valores de mi acción política son sólo la libertad de pensamiento y el orden constitucional"

En la base del porqué de estas reformas está la percepción, subrayada por muchos, de que el sistema educativo español está sumido en una niebla de ficciones, en cuanto a la realidad de la formación y el conocimiento de nuestros alumnos, a las verdaderas oportunidades que tienen los alumnos, a la realidad de la integración de los alumnos en el sistema educativo, y, en suma, respecto de la eficiencia que tiene nuestro sistema. Estas ficciones han sido reiteradamente percibidas por los padres, por la inmensa mayoría de los profesores y por la sociedad.

P. Una de esas reformas es la obligación de repetir curso con más de dos materias suspendidas. ¿Mejora la calidad del sistema que se repita más?

R. Hemos querido romper con la ficción, la opacidad que produce el no saber exactamente qué nivel de conocimientos tiene un alumno. Esto se producía por la promoción automática, es decir, el poder pasar de curso incluso con todas las asignaturas suspendidas. Además, conceptos tan opacos como "progresa adecuadamente" y "necesita mejorar" no ayudan a conocer exactamente cuál es la situación de los alumnos. El aprobado, el notable o las calificaciones numéricas que hemos establecido ayudan a acabar con esa niebla de ficciones.

P. Pero la reforma de la enseñanza de la religión no era un clamor en los centros.

R. Debe quedar claro que la Religión ya es puntuable para pasar de curso y tiene el mismo tratamiento académico que el resto de las asignaturas en la secundaria. Por lo tanto, desde el punto de vista del tratamiento académico del área de Sociedad Cultura y Religión, con sus vertientes confesional y no confesional, va a tener con esta reforma el mismo tratamiento que el resto de las asignaturas, como ocurre actualmente. Si todas las asignaturas tienen el mismo valor y no se puede pasar con más de dos asignaturas suspendidas, esto afecta a todas ellas, como ahora, incluidas las de esa área.

P. Pero la situación cambia desde el momento en que usted introduce una única alternativa con contenidos como la oración, el misterio o las imágenes religiosas.

R. En la versión no confesional, el ministerio ha hecho un currículo, francamente, de un interés muy elevado, que es un complemento excelente para la formación histórica, artística y humanística de todos los alumnos que quieran cursar esta vía no confesional.

Esta reforma se ha hecho con la intención de impulsar una formación más completa de todos los alumnos. A nuestro entender, y en el de muchas personas, es interesante que los alumnos que escojan Religión católica, que son entre el 70% y el 80%, aprendan además otros contenidos que tengan que ver con las grandes religiones, y que el resto tenga la posibilidad de conocer un fenómeno tan importante en el presente y futuro de la humanidad como son las religiones, una fenomenología de las religiones que ayude a los alumnos a interpretar el pasado, a comprender el presente y a afrontar desafíos. Parte de esos desafíos tienen que ver con los temas de naturaleza religiosa.

P. ¿Va a ofrecer algún tipo de formación a los profesores que impartan esos conocimientos?

R. Los profesores de Historia y de Filosofía tienen formación suficiente, aunque podrán especializarse en la medida que les interese.

P. La Constitución dice que España es un Estado aconfesional, ¿qué pasará si decidieran objetar algunos padres, bien porque sean ateos o bien porque no quieran introducir a sus hijos en el aprendizaje de contenidos religiosos hasta que ellos mismos puedan escoger?

R. Los padres están cargados de sentido común, de la misma manera que no dicen que sus hijos dejen de aprender historia o ética, me cuesta mucho trabajo creer que un padre dotado de responsabilidad y sentido común coja el programa y no se quede interesado, satisfecho y expectante de todo lo que estos conocimientos pueden aportar de positivo para la formación integral y humanística de sus hijos.

P. ¿Qué pasará con los niños de familias de otras religiones, como la musulmana o la judía?

R. Hoy día, los esfuerzos se deben orientar sobre todo a facilitar a esos alumnos inmigrantes la mejor integración académica, de manera que esos problemas se plantearán en otros momentos. Pero el asunto de la enseñanza de la religión no es un tema que tenga ninguna conflictividad. El asunto de que haya un área con dos materias, una confesional y otra no, y que sea evaluable, como es ahora, no es un problema social, no lo tienen el 70% u 80% de los padres cuyos hijos van a clase de Religión.

P. A partir de ahora contará igual la evaluación que haga un profesor designado por la Iglesia según criterios confesionales, que el de otros profesores a los que se les exige una titulación superior y haber superado una oposición.

R. A los profesores de Religión se les pide un nivel académico similar al que tienen el resto de los docentes en cada etapa educativa. Hay una serie de exigencias y la situación procede de un acuerdo con la Santa Sede, y si hay algún partido, como el PSOE, por ejemplo, que no quiere que haya religión en el horario escolar, no tiene más que decirlo. Es legítimo, aunque no responde a la realidad de la España actual, ni a las demandas de la inmensa mayoría de las familias, ni a la biografía que tiene las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la España contemporánea.

P. Usted dijo que la financiación de la Ley de Calidad dependería del informe que emita el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Este organismo aún no ha tratado el tema y la reforma se empieza a aplicar en septiembre. ¿Quién va a financiar esta ley?

R. El Ministerio de Hacienda convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera cuando lo tenga previsto y tratarán estas cuestiones. Pero hay que contar que se ha hecho un esfuerzo en educación importante. En la relación entre el esfuerzo inversor y los alumnos, España se encuentra en los niveles que están a la cabeza de la OCDE. Ha bajado el número de estudiantes un 11% y ha crecido la inversión un 23% en ese periodo.

P. El Ministerio de Educación acaba de presentar parte de los desarrollos de la Ley Orgánica de Universidades. ¿Serán todas las futuras licenciaturas de cuatro años?

R. Esa reforma forma parte de la equiparación del sistema universitario europeo. La duración de las carreras no está decidida, se está aún debatiendo en el Consejo de Coordinación Universitaria.

P. ¿Se aprobará antes del verano la reforma de las titulaciones?

R. No, tras el debate tiene que enviarse al Consejo de Estado.

P. ¿Dejará listos todos los desarrollos de las leyes antes de que acabe la legislatutra?

R. Sí, el desarrollo normativo esencial quedará ya aprobado.