La consejera celebra la nueva PAC que critican los sindicatos agrarios

La aprobación de la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC) ayer en Luxemburgo desató las críticas de los productores agrarios. Frente a la satisfacción de la Consejería de Agricultura, las organizaciones agrarias criticaron en general el recorte de ayudas directas a la producción. También recordaron que la reforma es negativa para el arroz y los frutos secos, donde las propuestas son insuficientes.

La reforma aprobada ayer por los Quince es menos contundente que la que propuso en un primer momento el comisario europeo de Agricultura Franz Fischler aunque tampoco responde a las peticiones de los productores, en este caso, valencianos. Tanto la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) como la Unió de Llauradors consideran que ni el arroz ni los frutos secos han salido bien parados de la reforma, aunque hay algunos puntos en los que se ha avanzado.

En general, la Unió de Llauradors calificó la nueva PAC de "negativa" para los agricultores y ganaderos valencianos porque recorta las ayudas directas. La organización agraria estima que este recorte supondrá alrededor de 12 millones de euros entre 2005 y 2007. El desacoplamiento parcial de las ayudas, además, deslegitima en opinión de la organización la actividad agraria y "es un primer paso hacia la desaparición definitiva de las ayudas".

Sobre las ayudas aprobadas para los frutos secos (241,55 euros por hectárea), tanto la Unió como la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) consideran que son insuficientes. AVA explicó que el hecho de que las ayudas dejen de ser directas para los agricultores y que lleguen a los que pertenezcan a una organización de productores (OP) supone "un jarro de agua fría" para los profesionales del campo de las zonas del interior de la Comunidad Valenciana que en muchos casos "tendrán que abandonar sus cultivos". En la Comunidad Valenciana hay alrededor de 120.000 hectáreas en las que se cultivan frutos secos, de las que viven 80.000 familias, según datos del sector.

La organización que dirige Joan Brusca, por su parte, recordó que las ayudas aprobadas son las mismas que recibían los productores en 1994. Desde entonces, recordó Joan Brusca, el IPC ha aumentado un 31% en la Comunidad Valenciana, los costes de producción no han dejado de crecer ni los precios del mercado de retroceder.

En relación al arroz, el sector ha recibido una de cal y otra de arena. Por un lado, parece que la reforma recoge la posibilidad de regionalizar las ayudas, una medida muy importante en este caso para el sector arrocero valenciano ya que evitaría que éste sufriera el descenso de ayudas como consecuencia de que otras autonomías aumenten su superficie de cultivo, lo que provoca desde hace unos años que en conjunto España supere la superficie marcada por Bruselas.

Por otro lado, el sistema de penalización para el cultivo del arroz pasa de progresivo a proporcional. Pero el punto más importante para el sector, y el que no se ha logrado modificar, es la reducción del precio de intervención (el mínimo fijado para la venta y al que al final se ajusta el precio de mercado) a la mitad. La Unió y AVA criticaron que esta bajada del precio de intervención no se compensa con el incremento de ayudas europeas. La Unió estima que los arroceros valencianos dejarán de ingresar tres millones de euros al año.