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El fiscal pide 10 años de cárcel para un psiquiatra por abusos sexuales

El fiscal ha presentado escrito de acusación contra un psiquiatra de un Centro de Atención Primaria de Granollers (Vallès Oriental) en el que solicita 10 años de prisión por abusar sexualmente de cuatro pacientes con la excusa de que debía tocarlas para transmitirles "energía positiva" y como parte del tratamiento. El Juzgado de Instrucción número 5 de Granollers ya ha abierto juicio oral contra J. S. S. Z., para quien el fiscal solicita penas que suman 10 años de prisión por cuatro años continuados de abuso sexual. La fiscalía solicita, además, indemnizaciones que suman 35.000 euros y reclama que el Instituto Catalán de la Salud responda como responsable civil subsidario, informa Europa Press.

La tesis del fiscal es que el psiquiatra "aprovechó su posición de prevalencia como facultativo" ante pacientes aquejadas de enfermedad para "con ánimo libidinoso" realizar "actuaciones que lesionaban la libertad sexual de las pacientes". Los abusos se produjeron entre noviembre de 1997 y finales de 2000 y el psiquiatra incluso llegó a desviar a las pacientes a su consulta privada, que cerraba con llave. La acusación pública también solicita que el acusado no se acerque a las víctimas durante cinco años y que sea inhabilitado para ejercer la profesión médica durante el tiempo de la condena.

Besos a las pacientes

A la primera de las pacientes, el psiquiatra le besó el cuello y el brazo mientras la abrazaba en su primera visita. En la segunda le "cogió la mano refiriendo que era una lástima no tener más tiempo para darle calor" y la obligó a darle un beso cuando se iba, según la fiscalía. La segunda de las pacientes acudió en 10 ocasiones a la consulta. La primera vez le preguntó por "cuestiones de intimidad sexual", pero a partir de la cuarta visita, el psiquiatra empezó a tocar a la paciente y llegó a proponerle verse fuera del centro médico porque "él sabía lo que quería".

La tercera mujer que denunció al acusado sólo acudió en una ocasión al centro, en noviembre de 1998, y ya no volvió más, después de que el psiquiatra le besara en la mejilla sin su consentimiento y "pese a la oposición de la paciente que le empujaba para que se apartara". El caso más grave fue el de una mujer que acudió en seis ocasiones a la consulta. En esos encuentros, el psiquiatra cogía de las manos a la mujer, la abrazaba fuertemente y le daba besos en el cuello y en la espalda. Además, la hizo tumbar en una camilla desnuda de cintura para arriba mientras que él, en indéntico estado, se tumbaba a la espalda de la paciente "tocando los cuerpos, besándole la nuca y la espalda, mientras le decía que la quería". La mujer explicó lo ocurrido a su hermana, quien le aconsejó que denunciara al acusado. El escrito de acusación de esta paciente asegura que el acusado "le decía que le transmitía energía positiva y que para ello debía tocarla", a lo que accedió la mujer.

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