_
_
_
_

Las formas abstractas de Gerardo Rueda vuelven al Museo de Cuenca

La exposición reúne 51 dibujos y 'collages' realizados entre 1949 y 1996

Con la exposición Gerardo Rueda. Construcciones, que la Fundación Juan March lleva al Museo Abstracto de Cuenca, Gerardo Rueda (Madrid, 1926-1996) vuelve a casa. El pintor fue uno de los fundadores, junto a Zóbel y Torner, de este museo que ya alberga una importante colección del artista. Se añaden ahora 51 obras que descubren de qué forma el cubismo sedujo al pintor y la pasión que mostró por las formas arquitectónicas.

La exposición (abierta hasta el 5 de octubre) reúne 51 obras realizadas en soporte papel por el artista (dibujos y collages) desde 1949 hasta el año de su muerte. Proceden de la colección de su hijo, José Luis Rueda, y de otras colecciones particulares.

Los dibujos corresponden en su mayoría a la primera época y reflejan la influencia que el cubismo ejerció en él y su inclinación hacia los espacios arquitectónicos. "En estas obras tempranas", escribe en el catálogo Barbara Rose, profesora de arte y autora de una gran biografía de Rueda. "Se reconocen el sabor y el ingenio que marcarán su estilo maduro, tan sugerente como reductivo".

La pasión por los volúmenes de este artista metódico y silencioso culminaría en una segunda vertiente, los collages, técnica que empieza a aplicar más tarde, a partir de 1953, y que no abandonaría nunca. De los rasgos espontáneos de los inicios y las formas depuradas que adquirió en los años 70, hasta la incorporación de nuevos elementos como cartas, sellos, invitaciones y folletos. Consumaría su búsqueda hacia la abstración geométrica en los años 90. "El desarrollo de la obra de Rueda a lo largo de medio siglo revela solidez y lógica interna", añade Rose. "Su necesidad de estructura y orden se hace patente en todos los medios, del dibujo y el collage, a la pintura y escultura".

Afán coleccionista

Hombre viajero, cultivado y gran aficionado a los crucigramas, Rueda alimentó durante toda su vida un afán coleccionista de diversas miniaturas (por ejemplo, cajas de cerillas), que de alguna forma repercutió en su obra. En sus dibujos y collages Gerardo Rueda creaba a menudo mundos en miniatura, "diminutas ciudades ideales", dice Rose.

Este artista -al que su biógrafa califica como el Morandi abstracto- llegó a la pintura con 16 años, dedicación que no le impidió licenciarse en Derecho y trabajar en una empresa familiar. Dio un giro radical en su trayectoria y viaja a París donde entra en contacto con las vanguardias (sin perder su vinculación con ciertas tradiciones españolas) y con Fernando Zóbel, con quien fundó el Museo de Cuenca en 1966.

Este museo, cuyos fondos pertenecen y gestiona desde 1980 la Fundación Juan March (tras ser donados por Zóbel) conserva alguna de las mejores obras de este artista a quien Juan Manuel Bonet, director del Reina Sofía considera "uno de los pintores clave de la segunda mitad del siglo XX".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_