"Tenemos que incorporar a la mujer a los sectores industriales"

Alrededor de 700 especialistas de 20 países se han reunido esta semana en el palacio del Kursaal de San Sebastián para participar en el tercer Congreso Internacional de Formación Profesional. Una de las conclusiones de la cita es que los centros de FP han de ser un puente entre las empresas y la innovación. "Nuestros centros han de servir de canal para que los adelantos tecnológicos se incorporen a la empresa", explica el director de Formación Profesional del Departamento de Educación del Gobierno vasco, Iñaki Mujika (Usurbil, 1958).

Pregunta. ¿Cuál es la posición de la FP en Euskadi respecto al resto de España y Europa?

Respuesta. En comparación con otras comunidades, todo el mundo reconoce que aquí se ha apostado desde hace muchos años por la FP, tanto económicamente como con recursos personales. Respecto a otros países de Europa, solemos pensar que sus centros están mejor equipados y organizados, pero, después de visitar algunos, no tenemos ningún miedo, nuestra media es muy buena.

P. ¿Qué retos tiene la FP en el País Vasco?

R. Entrar en la sociedad de la información y el conocimiento, proponer e impulsar los centros ligados a la innovación y cambiar un poco la forma de gestionar los centros, de manera que se practiquen sistemas de calidad total.

P. Los industriales insisten en la escasez de mano de obra cualificada. ¿Qué va a hacer el Gobierno vasco para intentar paliar esta situación?

R. La pirámide poblacional cada vez muestra un menor número de jóvenes y una mayor cantidad de personas que llegan a la jubilación y salen del sistema productivo. Eso, en diez o quince años, nos puede traer problemas importantes. ¿Qué tenemos que hacer? Uno de los objetivos es incorporar a la mujer a los sectores industriales en los que, por diversos motivos, como los culturales, no ha estado representada. Hay chicas que optan por la FP, pero están muy focalizadas en el sector servicios, y donde vamos a tener problemas es en el industrial.

P. ¿Y cómo se va a impulsar esa incorporación femenina?

R. Estamos intentando canalizar esta idea a través de los orientadores de los centros educativos. Queremos que las mujeres vean que pueden estar tranquilamente en muchos puestos de trabajo que no requieren esfuerzos físicos ni implican suciedad. Precisamente, lo que estamos planteando son puestos de valor añadido, de programación, de calidad.

P. ¿Y las empresas están abiertas a ocupar a las mujeres en puestos tradicionalmente masculinos?

R. Los mensajes son claros y las necesidades más. A las empresas, en el momento en el que necesiten expertos, les tiene que dar igual que sean chicos o chicas, porque lo que requieren es personas que resuelvan los problemas. En ese sentido, las empresas también van avanzando.

P. ¿Qué papel puede jugar el cada vez mayor colectivo de inmigrantes en esta situación?

R. Son personas que nos van a hacer falta para mantener el sistema que tenemos. Por desgracia, en la mayoría de los casos, no tienen una formación técnica del nivel que requerimos. Debemos ayudarles y formarles para que se integren social y laboralmente lo mejor posible. Eso no se hace de la noche a la mañana, se hace con políticas claras y ayudas importantes. Pero es algo que hay que hacer, porque, si no, pasará factura.

P. ¿El todavía insuficiente número de alumnos en FP puede tener relación con que todavía se vea como algo menor frente a la universidad?

R. En Euskadi, opta por la FP un 47% de los estudiantes, un porcentaje más alto que en otras comunidades, pero inferior al de Europa, donde la media ronda el 57% y hay países, como Alemania o Francia, donde se llega al 70%. Nosotros tenemos que elevar nuestro porcentaje. La universidad también es formación, pero a otro nivel. Cada uno tiene que ver en qué nivel quiere actuar y en cuál puede tener una inserción laboral. Yo recomendaría la FP incluso a los que van a la universidad. Entre teoría y práctica, creo que hay que saber; pero también saber hacer.