"Sin normalidad en los municipios, no habrá democracia en Euskadi"

Antón Arbulu, quien ya fue alcalde de Zumarraga entre 1995 y 1999, recupera el cargo para el PSE-EE después de un convulso mandato. El asesinato del edil del PP Manuel Indiano en agosto de 2001 y la constitución de una gestora municipal tras la dimisión de los cinco concejales socialistas por negarse a llevar escolta exigen el "restablecimiento de la convivencia" en este municipio de 10.175 habitantes.

Pregunta. ¿Qué supone para usted recuperar la alcaldía?

Respuesta. Recoger la makila de la villa es un honor para mí, porque Zumarraga me sigue emocionando. soy un apasionado de Zumarraga. Presidir esta corporación es a la vez un acto de enorme responsabilidad.

P. ¿Qué va a cambiar con el PSE-EE en Zumarraga?

"La madurez de un pueblo no se mide por la unanimidad, sino por la diversidad"

R. Trabajaré por que cada día Zumarraga sea más libre, más justa y más próspera. Mi objetivo es que todos los ciudadanos tenemos que disfrutar de libertad para vivir, opinar y participar en la vida municipal. Libertad por encima de todo.

P. ¿Es muy cara la libertad en Zumarraga?

R. La lucha por la libertad debe ser permanente. Me comprometo a defender a ultranza la libertad y la participación ciudadana día a día a través del diálogo. Del mismo modo, la justicia social debe ser un objetivo compartido por todos los progresistas. Desde los poderes locales es importante que asumamos nuestro deber de cara a la cohesión y la solidaridad. La tercera pata de esta legislatura debe ser la prosperidad, a través del apoyo a quienes dan trabajo, invierten, producen, investigan e innovan pensando en el mañana de Zumarraga. Sueño con una Zumarraga reconcialiada y en paz, donde todos puedan defender libre y pacíficamente sus ideas, sin violencia, sin perseguidos ni excluidos.

P. ¿Cómo ha sido la experiencia de la gestora?

R. Han sido momentos difíciles. Mientras no exista una vida normalizada en los ayuntamientos no habrá democracia en Euskadi. La legislatura presidida por el anterior alcalde, Aitor Gabilondo [de EA-PNV], ha tenido muchos contratiempos, como el asesinato de Manuel Indiano. Esto deja mella y mucho sufrimiento en el pueblo. Hoy más que nunca debemos compartir la paz.

P. ¿La ausencia de Batasuna tranquilizará la vida municipal?

R. No. Los miembros de las plataformas ilegalizadas son personas que trabajan en muchas asociaciones de vecinos, pertenecen a numerosas participaciones. Ellos van a seguir participando en la vida municipal. Las comisiones del Ayuntamiento son abiertas.

P. ¿Es buena su relación con las gente de Batasuna?

R. Yo soy el alcalde de todos. Tenemos que compartir las diferencias, porque de lo contrario, vamos por mal camino. El grado de madurez del pueblo no se mide por la unanimidad de criterios, sino por la diversidad de puntos de vista.

P. ¿Es partidario que dar voz a los ilegalizados?

R. Van a participar en las comisiones y en los plenos. Insisto en que defenderé la libertad y la participación ciudadana, siempre desde el diálogo y la confianza mutua.

P. ¿Ha bajado la crispación en Zumarraga?

R. Somos un pueblo liberal y plural.

P. ¿Cómo va a ser el próximo gobierno de Zumarraga?

R. Deseo que sea lo más amplio posible. Para ello estoy conversando con todos los partidos.

P. Con el PP le sería suficiente para gobernar con mayoría.

R. La comisión de gobierno tiene que ser lo más amplia posible.

P. ¿Podría darse un gobierno de concentración?

R. Es posible. Aquí tenemos que colaborar todos. Sería la fórmula ideal. No quiero un Ayuntamiento dividido en dos, porque eso se proyecta en la calle.

P. ¿Qué le parecen las críticas recibidas por los socialistas navarros que han recibido el apoyo de los nacionalistas? ¿Merecen un castigo?

R. Yo acato en aras de la responsabilidad cuestiones que vienen mandatadas de arriba, pero a veces no las cumplo. Desde Madrid a veces no nos conocen a nivel autonómico y municipal. El PSE-EE y el PSN tienen que configurarse como partidos con más autonomía. Tienen que regirse desde casa, no desde órganos superiores que hablan para el conjunto de las autonomías, sin tener en cuenta las especificidades del País Vasco y Navarra, por ejemplo.