La CIA vuelve a implicarse con firmeza en la solución del conflicto

El enviado especial de la Casa Blanca, John Wolf, llegó ayer a Jerusalén al frente de un equipo de 12 funcionarios del Departamento de Estado y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para supervisar la puesta en marcha de la Hoja de Ruta. Pocas horas después de su llegada, Wolf empezaba a trabajar y se entrevistaba con Avi Ditcher, el máximo responsable de los servicios secretos israelíes para el interior, Shin Beth, y con el ministro de Defensa, Saúl Mofaz. Hoy Wolf tiene previsto reunirse con Ariel Sharon y con responsables de la Autoridad Nacional Palestina.

El "amigo americano" en Jerusalén supone el principio de la internacionalización del conflicto israelo-palestino, además del retorno con fuerza de inspectores de la CIA tras un largo periodo de ausencia. La CIA como institución empezó a trabajar en el conflicto israelo-palestino en 1998, durante la negociación de los Acuerdos de Wye, en la época del presidente Bill Clinton y del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. George Tenet, director de la CIA, asumió importantes tareas político-diplomáticas que culminaron con la redacción de un plan de pacificación en 2001 conocido como el plan Tenet, que nunca logró ponerse en marcha y cuyo punto más importante era la aplicación de una tregua progresiva, con características similares a la que ahora se intenta alcanzar.

Pero antes de que la CIA se implicara como institución en el proceso de paz, la agencia y sus hombres habían asumido importantes responsabilidades en los dos bandos. Los primeros contactos entre la CIA y los palestinos se remontan a 1973, según asegura el ex secretario de Estado de EE UU Henry Kissinger en sus memorias. Durante el periodo autonómico, la CIA formó a un buen número de agentes de la seguridad palestina, lo que volverá a realizar ahora.