Bomberos solidarios
Ayudar a otros o apoyarles en sus problemas, eso es lo que dice el Diccionario de la Lengua Española sobre la solidaridad, y su antónimo es egoísmo. Esto último es lo que hemos recibido del delegado de Seguridad Ciudadana los bomberos que decidimos ir al terremoto de Argelia. En un principio quisimos ir como los compañeros de Huelva o Málaga, representando a su cuidad, orgullosos de ser bomberos de su Ayuntamiento. Sin embargo, aquí en Sevilla, no sólo nos negaron el uso de un vehículo para transportarnos a Málaga, desde donde salía el avión, sino que tuvimos que costearnos todos los gastos de nuestro bolsillo.
El delegado de Seguridad Ciudadana llamó al Jefe de Bomberos y le dijo que impidiera nuestra salida como fuese, a lo que el jefe le contestó que no podía, puesto que usábamos nuestros días de vacaciones y que no podía anularnos las vacaciones; es más, intentó convencer al delegado diciéndole que además de una buena causa es bueno para la ciudad. La contestación fue que nos anulara las vacaciones y que impidiera nuestra salida a toda costa. No contento con eso, le dice que si nos pasa algo durante las labores de rescate, el Ayuntamiento no nos protegerá ni ayudará, es más, todo lo contrario.
En Sevilla tenemos los mejores profesionales en temas de seísmos, tenemos una Unidad Canina de Rescate y tenemos unos bomberos perfectamente formados para la extracción de esas personas. Pero que nadie piense que nos vamos todos, Sevilla siempre está cubierta. En estos casos sólo sale un grupo que nunca merma la seguridad de nuestra ciudad, o no iríamos a ningún sitio.
¿Cómo es posible que este operativo no se aproveche? No queremos dinero, sólo la colaboración y el beneplácito del Ayuntamiento para poder ayudar y difundir que Sevilla es solidaria.
No sé si los días antes de las elecciones le afectaron, o fue saber que aunque su partido ganase las elecciones él no seguiría en el gobierno de la ciudad. El caso es que ya habíamos hablado anteriormente con el susodicho delegado, don José Gallardo, y no nos pareció una persona que pudiera actuar de esta manera.
Esta actitud no es acorde con lo que los sevillanos entendemos por solidaridad, esta ciudad siempre ha destacado por su ayuda a los que en un momento dado puedan necesitarla: desde el chapapote, inmigración, niños del Sáhara, huracanes en Suramérica y miles de casos más.
Al final cada uno obtiene lo que siembra: nosotros conseguimos ayudar a un país hundido, rescatamos los cadáveres de una familia de seis miembros, sentimos el calor y agradecimiento sincero de los familiares y amigos, volvimos con el corazón dividido entre la pena que allí dejamos y la alegría de haber podido ayudar a quien lo necesita. Otros tendrán el corazón negro.
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