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EL FUTURO DE EUROPA

La Convención concluye con un apoyo firme al proyecto de Constitución Europea

"Esto permite la unificación de nuestro continente tras medio siglo de desgarros", dice Fischer

Carlos Yárnoz

Los 105 integrantes de 28 países que han participado en la Convención sobre el Futuro de Europa brindaron con champán al concluir sus trabajos en una solemne sesión que reflejó el amplio apoyo de gobiernos, Eurocámara, parlamentos nacionales y Comisión al proyecto de Constitución Europea, que el viernes próximo será presentado a los jefes de Estado y Gobierno en Salónica (Grecia). La ministra Ana Palacio saludó el texto porque supone "el triunfo del ciudadano europeo", pero dejó constancia de la "reserva fundamental" que el Gobierno español mantiene al nuevo reparto de poder propuesto.

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Valéry Giscard d'Estaing, el orgulloso presidente de la Convención, recibió en la sesión el mandato de la asamblea para entregar ese texto a los líderes europeos. "Les recomendaré", comentó, que aunque los gobiernos tengan la última palabra, mantengan el proyecto sin cambios sustanciales, "porque ha sido largamente discutido y reflexionado" y al final ha recibido "el apoyo casi unánime" de todos.

Así quedó reflejado en las diversas intervenciones y declaraciones registradas ayer en nombre de gobiernos, parlamentos o familias políticas europeas. "El éxito de esta Convención permite la unificación de nuestro continente tras medio siglo de desgarros y divisiones", afirmó en referencia a la ampliación Joschka Fischer, el ministro de Exteriores de Alemania, el país que más gana en esta propuesta de reforma de la Unión. "Esta Convención demuestra que, pese a todas las diferencias, no hay una vieja y una nueva Europa". "Abrimos una nueva etapa en la construcción europea, una nueva era política de una Europa más eficaz, más democrática", señaló su homólogo francés y principal aliado en este proceso, Dominique de Villepin, quien confió en que los líderes europeos apoyen el proyecto.

"Ésta es una fiesta que nos hemos merecido. Hemos puesto la piedra para que mañana haya más Europa. Es realmente un día histórico", afirmó el viceprimer ministro italiano Gianfranco Fini utilizando el calificativo más reiterado ayer en Bruselas.

Especialmente significativo fue que no pidiera un turno de palabra Peter Hain, el representante del Gobierno británico, que no se ha perdido en año y medio ni una sola sesión de la Convención con centenares de intervenciones y enmiendas, en muchos casos para frenar los ímpetus europeístas de otros.

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Pero el primero en hablar había sido el eurodiputado español Íñigo Méndez de Vigo (PP), uno de los miembros más activos del Presídium de la Convención donde ha representado a la Eurocámara. "La tarea ha sido histórica y, encima, me he divertido muchísimo", afirmó. "Hemos alcanzado un éxito", dijo en nombre de los parlamentos nacionales el holandés René Van der Linden, quien pronunció una frase que luego se repitió una y otra vez: "Hemos logrado objetivos, aunque no todos los que queríamos". "Ninguno podemos suscribir todos y cada uno de los artículos", dijo en la misma línea el danés Henning Christophersen, otro de los 12 miembros del Presídium, pero "la Unión será mejor" con esta Constitución. "No todos los sueños se han cumplido, y especialmente los míos", reconoció el eurodiputado democristiano alemán Elmar Brok, que ha visto fracasar sus tesis federalistas.

El comisario francés, Michel Barnier, aprovechó su turno para exigir que la Comisión, la institución peor parada en este proceso, "siga siendo respetada por los Estados". "No somos ni queremos ser una nación europea, sino una unión de naciones".

Socialistas, liberales, representantes de gobiernos grandes o pequeños, socios del club o candidatos, todos coincidieron en apreciaciones elogiosas y aconsejaron a los jefes de Estado y Gobierno que den su visto bueno a este proyecto, que recoge, entre otras, estas novedades: Alemania amplía su poder sobre todos en el Consejo y la Eurocámara; un presidente de la UE estable con un mandato de dos años y medio; un ministro europeo de Exteriores; una Comisión con menos comisarios; más del doble de materias a tratar sin derecho a veto (todas las relacionadas con seguridad y justicia e incluso la política agrícola o los fondos estructurales); el proyecto de que un núcleo de países avance más rápido en defensa; el reconocimiento de la personalidad jurídica de la UE; una cláusula de asistencia mutua en caso de ataque terrorista; la inclusión del terrorismo en la política exterior común o la creación de un consejo legislativo que, a modo de segunda cámara, colegislará a puerta abierta con el Parlamento.

Giscard d'Estaing (derecha), el belga Dehaene (izquierda) y el italiano Amato (centro), brindando ayer al final de la sesión de la Convención.
Giscard d'Estaing (derecha), el belga Dehaene (izquierda) y el italiano Amato (centro), brindando ayer al final de la sesión de la Convención.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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