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Pujol alerta en Castellón sobre la pérdida de peso de la región mediterránea en una UE ampliada

El presidente subraya la escasa influencia política de catalanes y valencianos en España

Jordi Pujol destacó ayer en Castellón el dinamismo de Cataluña y la Comunidad Valenciana, el peso conjunto de ambas regiones en España en cuanto a creación de riqueza, poderío industrial o volumen de exportaciones. Pero alertó sobre la escasa influencia política de un tejido económico sustentado sobre pymes ante el Gobierno central y, sobre todo, ante una futura Unión Europea ampliada cuyo centro de gravedad se desplazará hacia el Norte y el Este. A pesar de su potencial, "la región mediterránea nunca ha sido tenida en cuenta", sintetizó el presidente de la Generalitat de Catalunya.

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Pujol ilustró en la Cámara de Comercio de Castellón la fragilidad del tejido económico que comparten catalanes y valencianos con reflexiones sobre el fracaso de la reciente opa de Gas Natural sobre Iberdrola. "La apuesta era técnicamente impecable, podía haber argumentos económicos en contra", comentó el presidente catalán, "pero sin duda hubo también argumentos políticos". Y recordó las palabras que le dirigió un poderoso empresario madrileño, "donde los empresarios tienen mucha relación con el poder político": "¿Pero usted realmente cree que una de las mayores empresas de gas de Europa puede tener su sede en Barcelona?".

Pujol evitó mencionar el nombre del interfecto, pero el comentario cerraba toda una argumentación. "Al final, ¿qué es Catalunya?", se preguntó, "La Caixa, algunas grandes empresas vinculadas a La Caixa como Gas Natural o Aguas de Barcelona, un centenar de grandes empresas y miles de pequeñas empresas, muchas de las cuales son líderes mundiales en sus respectivos campos, pero que carecen de cualquier influencia política".

Pujol admitió que hubo "un momento dulce" para las regiones mediterráneas cuando se instituyó la Conferencia de Barcelona en 1995, un foro de debate de ámbito euromediterráneo. "Despertamos ciertos interés, Felipe González consiguió que en Europa nos tuvieran en cuenta", recordó, "pero luego hubo un cambio de Gobierno y todo aquello cayó en el olvido".

Pujol acudió a Castellón invitado por el Institut Ignasi Villalonga de Estudis Económics, una entidad auspiciada por el editor Eliseu Climent, histórico luchador catalanista, o Fernando Villalonga, presidente de la Fundación Telefónica, ex consejero de Educación de la Generalitat Valenciana y ex secretario de Estado de Cooperación Internacional en sendos gobiernos del PP, y emparentado con el fundador del Banco de Valencia.

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Las recientes elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana supusieron un sonoro triunfo del PP que desvirtuó la audiencia de la conferencia. Estuvieron presentes representantes de las cámaras de Barcelona, Tarragona, Castellón, Dènia y Baleares; representantes empresariales de pymes baleares, catalanas y valencianas; pero ningún representante de las grandes patronales valencianas quiso conocer de primera mano las opiniones de Pujol sobre El interés colectivo económico de catalanes y valencianos.

La importancia de las infraestructuras de comunicación para el Arco Mediterráneo mereció capítulo aparte. Pujol recordó que la reivindicación del ancho de vía europeo para el ferrocarril a lo largo de la costa mediterránea se remonta a 1930, cuando ilustres políticos valencianos y catalanes, como Lluís Llucia o Perpinyà Grau, apuntaban la importancia de una línea de ferrocarril compatible con el resto de Europa para garantizar las exportaciones de la región, entonces esencialmente agrícolas y procedentes de la Comunidad Valenciana.

Y bromeó sobre el uso del ancho europeo en España. "Cuando el tren de alta velocidad llegó a Lyon, en 1981, nosotros pedimos ancho europeo hasta la conexión con la frontera", evocó, "y, como siempre, nos llamaron insolidarios". "Y luego instalaron el ancho europeo en dirección sur", siguió. "Que yo sepa, el ancho europeo es útil para conectar con otras vías de ancho europeo, pero ahora resulta que se acaba en Castellón...". Las risas inundaron el auditorio.

En una rueda de prensa previa, Pujol comentó que "lo importante no es la velocidad, sino el ancho de vía, y no se construye una línea de alta velocidad para ir desde Madrid a Castellón, se construye una red para ir hacia Europa". El presidente catalán calificó como ilógico el mapa de alta velocidad previsto por el Ministerio de Fomento que deja pendiente la conexión entre Castellón y Tarragona.

Y planteó un reto a los valencianos. "Las dos zonas más dinámicas de España son el Valle del Ebro, desde el País Vasco a Tarragona, y el Arco Mediterráneo, y lo que deberían pedir los valencianos son buenas conexiones con Aragón, habría que agujerear Teruel".

También pidió una "revisión crítica" de ciertas actitudes en materia lingüística, tanto desde Cataluña como desde Valencia, que empañaron en el pasado las relaciones políticas y generaron cierta desconfianza institucional. Pero zanjó el problema con sorna: "Afortunadamente nuestros empresarios se han entendido siempre aunque unos hablaran en valenciano y otros en catalán".

Jordi Pujol, entre Fernando Villalonga y Eliseu Climent, ayer en la Cámara de Castellón.
Jordi Pujol, entre Fernando Villalonga y Eliseu Climent, ayer en la Cámara de Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

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