Toni Vidal retrata la dignidad de la mujer amputada en 16 imágenes

"La cicatriz pertenece al ser humano, es también la materia persona, parte de la mujer", asegura el fotógrafo menorquín afincado en Barcelona Toni Vidal, autor de una colección de 16 impactantes imágenes en blanco y negro, retratos con el alma desnuda, de once mujeres con pechos amputados debido al cáncer de mama, que se expone hasta el próximo 29 de junio en Pamplona.

La exposición, titulada El seno: jardín de las vivencias, acoge en la Sala de Armas de la Ciudadela de la capital navarra un conjunto de 16 imágenes de mujeres afectadas por una enfermedad que provoca 10.000 nuevos casos anuales en España, abrazadas por una instalación interactiva creada para la muestra por el escultor Faustino Aizkorbe e Iñaki Ucar.

En 99 paneles de corcho blanco, todos ellos diferentes entre sí, los visitantes de la exposición pueden colocar pétalos de flor sobre los moldes escultóricos mediante colores que aluden a la relación entre el visitante y la enfermedad: rosa si se trata de una mujer afectada por el cáncer de mama, rojo para sus parejas, amarillo para sus familiares, azul para los políticos, verde para médicos y profesionales, naranja para el resto de la población y blanco como recordatorio de las personas fallecidas. Los paneles serán regalados a aquellas personas que realicen donaciones económicas, en virtud de su carácter único y numerado.

Vidal, que este año ha realizado la exposición Dones en Barcelona, obtuvo los retratos en el verano de 2001 en la pequeña isla balear de Menorca.

Cuando la asociación ALBA de mujeres con cáncer de mama de Menorca le propuso el trabajo, pasó toda una noche sin dormir, según ha reconocido el fotógrafo. "He querido mostrar la dignidad de la mujer amputada. Mi angustia era la de poder expresar un hecho tan dramático sin caer en el morbo", ha indicado el autor de las imágenes, para quien "no hay estética en un pecho amputado, pero la estética la has de acompañar de otros valores y la belleza siempre ha de tener un sentido moral y ético".

En las imágenes, "tan fuertes como lo somos las mujeres", según señaló Nieves Perea, presidenta de la Asociación navarra de mujeres diagnosticadas de cáncer de mama, Saray, Vidal rompe el tabú social enfrentado al visitante de una sala de arte con la crudeza de una enfermedad que modifica el físico de las personas. "Hombres y mujeres somos candidatos a perder un pétalo de este jardín artístico", añade Nieves Perea. Un jardín completado con un cuadro del pintor Francisco Calvet y una escultura de los hermanos Lora y Buzón.

Las mujeres fotografiadas no pusieron ningún reparo. Estaban demasiado acostumbradas a la enfermedad y a los tratamientos. Todas ellas siguen vivas, luchando por el futuro, y han participado en Pamplona el pasado fin de semana en el IV Congreso de asociaciones de cáncer de mama de España.

Entre un 10% y un 15% de las mujeres amputadas en su pecho son a continuación abandonadas por sus maridos. La creación fotográfica involucra al espectador de forma directa, valiente, sin tapujos. "Es un mensaje a los sanos. Les dice que en vez de estigmatizar a los enfermos, deben compartir con ellos su enfermedad y sus ganas de vivir", asegura la presidenta de Saray.