Israel intenta matar al líder político de Hamás en pleno inicio del proceso de paz
Helicópteros militares lanzan siete misiles contra Rantisi, y éste promete una gran venganza
Abdelaziz Rantisi, máximo dirigente político y portavoz de la organización integrista Hamás, salió ayer con vida de un ataque de helicópteros israelíes que lanzaron siete misiles contra su coche cuando transitaba por el centro de Gaza. El líder político de Hamás, que resultó herido en una pierna, había mostrado poco antes de la agresión su disposición a negociar con el primer ministro palestino, Abu Mazen, una declaración de tregua unilateral en la Intifada desencadenada contra Israel desde hace 32 meses. Los fundamentalistas amenazan con una venganza que será como un "terremoto".
Un error de precisión del artillero de uno de los dos helicópteros de combate Apache israelíes permitió que Rantisi salvara la vida. El impacto del primer misil no dio en el blanco, y se estrelló contra el suelo, a escasos metros de su vehículo. El líder fundamentalista tuvo tiempo suficiente para salir del coche corriendo y buscar refugio en un comercio cercano.
La metralla de los otros seis misiles, que sí acertaron de lleno en el vehículo, alcanzó a Rantisi en un brazo, el pecho y, sobre todo, en la pierna izquierda, en la que sufrió una aparatosa hemorragia. También lograron salir indemnes su hijo Ahmed, el chófer y un guardaespaldas.
Una mujer y su hija, que caminaban por la zona, murieron en el ataque. Numerosos apartamentos y vehículos quedaron destrozados.
Mawan Hasane, director del hospital de Shifa, el más importante de Gaza, aseguró que la vida de Rantisi no corría peligro, después de ser operado de su herida en la pierna. A continuación, el paciente había optado por trasladarse a un "lugar más seguro". En el hospital permanecían ingresadas ayer 35 personas heridas en el ataque, siete de ellas en estado crítico.
El atentado contra Rantisi, el rostro más popular y conocido de Hamás, junto con el del jefe espiritual de la organización, el jeque Ahmed Yasin, encolerizó a los habitantes de Gaza, que salieron a la calle para exigir venganza. Las milicias de Hamás lanzaron a continuación una oleada de cohetes Kasam contra poblaciones israelíes cercanas. Las tropas de Israel replicaron con fuego de carros de combate y helicópteros, que causó otros tres muertos y una veintena de heridos en el campo de refugiados de Jabalia.
La operación militar israelí se produce dos días después de que un comando de radicales palestinos asaltara un cuartel israelí en el puesto fronterizo de Erez, al norte de Gaza, para matar a cuatro soldados. El ataque fue ordenado por Hamás, junto con otros grupos palestinos radicales, en un claro desafío a los acuerdos de la semana pasada en Áqaba (Jordania) y abierta rebeldía contra el primer ministro, Abu Mazen, que reclama desde hace meses el desarme de la Intifada.
Pocas horas antes del atentado, Rantisi parecía haber recapacitado y había manifestado su voluntad de volver a la mesa de negociaciones con Abu Mazen para estudiar la posibilidad de aceptar una tregua. Para ello esperaba la llegada a la zona del general Omar Suleiman, el responsable de los servicios secretos egipcios, que había recibido la misión del presidente Hosni Mubarak de mediar en el conflicto entre Hamás y el Gobierno palestino.
Anoche, mientras crecían las descalificaciones contra el Gobierno israelí, que era acusado de boicotear la Hoja de Ruta con la operación militar, el primer ministro Ariel Sharon afirmaba que su país iba a seguir "actuando contra los enemigos de la paz".
"Seguiremos combatiendo el terrorismo mientras nadie lo haga en el otro lado [el palestino]. Seguiremos luchando contra los jefes de las organizaciones terroristas extremistas, contra quienes les dirigen y financian el envío de terroristas para matar judíos", afirmó Sharon ante un grupo de militares retirados.
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