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62ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Un ensayo explica cómo operó la red franquista de expolio de documentos

El historiador Josep Cruanyes describe el origen del controvertido Archivo de Salamanca

¿Cómo operó la red de expolio de documentos a instituciones y particulares que fundamentó la represión franquista? Tras una larga y minuciosa investigación, el historiador y abogado Josep Cruanyes responde a la pregunta en Els papers de Salamanca, que sale esta semana a la venta. El libro describe el origen y funcionamiento de la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos y la formación del Archivo Histórico Nacional Sección Guerra Civil.

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Josep Cruanyes (El Masnou, Barcelona, 1952) pretendía estudiar qué tipo de documentos eran los llamados papeles de Salamanca guardados en el Archivo Histórico Nacional Sección Guerra Civil. Pero, debido al "estado caótico" en que se encuentran los fondos confiscados en Cataluña, decidió ponerse a estudiar el organismo que desarrolló el expolio, que llevaba el eufemístico nombre de Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos (DERD). Estaba dirigida por Marcelino de Ulibarri, que llegaría a presidir el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo. El resultado de su investigación, Els papers de Salamanca. L'espoliació del patrimoni documental de Catalunya (1938-1939) [Los papeles de Salamanca. El expolio del patrimonio documental de Cataluña (1938-1939)], se publica ahora en catalán en Edicions 62.

La DERD fue creada por Ramón Serrano Súñer y empezó a funcionar antes de finalizar la Guerra Civil. Su objetivo declarado era, según relata Cruanyes en el libro, recopilar y clasificar la documentación que provenía de archivos de instituciones, entidades y particulares "hostiles y desafectas al Movimiento Nacional" con el fin de "suministrar al Estado información referente a la actuación de sus enemigos". Organizados en equipos, los miembros de la DERD se desplazaban según iban avanzando las tropas nacionales. Llevaban información precisa de dónde tenían que buscar.

Escribe Cruanyes que los equipos tenían consignas de actuar con rapidez, porque "se consideraba que lo que no se hacía en los primeros cuatro días [de ocupación] ya no tenía eficacia". En Barcelona, donde entraron el mismo día en que lo hizo el ejército de Franco, el 26 de enero de 1939, permanecieron cuatro meses y funcionaron seis equipos de registro, ha constatado Cruanyes. En ese tiempo se practicaron, según el historiador, unos 2.000 registros. Ulibarri mismo dirigió las operaciones in situ en las primeras semanas. Su sede central se instaló, en un primer momento, en un local cedido por la compañía de seguros La Equitativa. El operativo llegó a ocupar 14 locales en su estancia en la ciudad, entre ellos la sede del Parlamento catalán.

Las confiscaciones se efectuaron en las sedes de la Generalitat, partidos -ERC, Acció Catalana, Estat Català, PSUC, PCE-, sindicatos -UGT, CNT- y también de los gobiernos vasco y de la República, que se instalaron temporalmente en Barcelona durante la guerra. Bibliotecas y archivos personales tampoco se salvaron del expolio, como el del vicepresidente del Parlamento catalán, Antoni Rovira i Virgili, y del naturista Nicolás Capó. Cruanyes anota las fechas y resume el contenido de los miles de sacos que se llenaron para su posterior traslado en tren a la sede central de la DERD en Salamanca, según consta en las actas de registro que ha consultado. El autor constata el traslado de un mínimo de 141 toneladas de documentos y calcula que un 90% de éstos fueron destruidos.

Tanto en Barcelona como en la ciudad castellana, la DERD elaboró fichas con la información confiscada que sirvieron para el entramado represivo del régimen. Se enviaron datos sobre filiaciones sindicales y políticas a la policía y a la Auditoría de Guerra.

Cruanyes, que forma parte de la Comisión de la Dignidad para el Retorno de los Documentos, concluye que el de Salamanca no podrá ser nunca un archivo de la Guerra Civil, y rebate el argumento de la unidad de archivo por el cual el Gobierno ha frenado el retorno a Cataluña. Escribe: "Los documentos expoliados no son parte de ese archivo, sino un instrumento que el organismo utilizó para su labor represora".

Tropas de Franco, en el paseo de Gràcia de Barcelona el 26 de enero de 1939.
Tropas de Franco, en el paseo de Gràcia de Barcelona el 26 de enero de 1939.
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