Un río continuo de encinas y alcornoques
La cuenca del Alcarrache se esconde entre la mayor masa arbórea de la Península
En las tierras extremeñas se han bautizado con el nombre de Dehesas de Jerez las decenas de miles de hectáreas de montes adehesados poblados de encinas y alcornoques. Y en medio de ese mar pacense arbolado de quercíneas se esconde una de las joyas naturales más preciadas y desconocidas de la mitad sur peninsular, las vegas del río Alcarrache.
En junio de 2001 fue reconocida la importancia natural de esta cuenca fluvial con la aprobación para sus orillas de una figura de protección nueva en Extremadura, la de corredor ecológico y de biodiversidad. Además, el excelente estado de conservación del ecosistema que acompaña el curso de las aguas ha propiciado su clasificación como lugar de importancia comunitaria (LIC), con lo que formará parte de la futura Red Natura 2000 europea. Por último, al estar inmerso en la extensión de bosques que forman las Dehesas de Jerez, buena parte de su recorrido también tiene la declaración de zona de especial protección para las aves (ZEPA). Todas estas medidas pretenden conservar el estado casi virginal del río, que a lo largo de sus 59 kilómetros de recorrido atraviesa los términos de Barcarrota, Olivenza, Alcochel, Higuera de Vargas, Villanueva del Fresno y Jerez de los Caballeros. Los últimos metros, antes de donar sus aguas al Guadiana, transcurren por los dominios lusos de la famosa localidad de Moura.
En Barcarrota se encuentra el centro de interpretación agua-aire donde se obtiene la información necesaria para conocer mejor los valores ambientales y las posibles rutas por el corredor ecológico del Alcarrache.
Del embalse de Ahijón al puente de la Bogaña son muchos los tramos del río que merecen una especial y minuciosa atención, pero las vueltas y revueltas que marcan su paso entre Higuera de Vargas y Villanueva del Fresno destacan por la querencia de una fauna que ha encontrado en estos márgenes su ecosistema perfecto.
Los dominios de la cigüeña negra
La vegetación dominante donde el cauce moja se compone de adelfas y tamujos, acostumbrados al carácter estacional de las aguas, y que en algunos trechos forman una maraña que oculta las trazas del río. Las orillas, sin embargo, verdean con más variedad; aquí se mezclan los majuelos y las coscojas con higueras y acebuches, y los lentiscos y las retamas, con jaras y jaguarzos. La gama de colores que la primavera pinta en esta selección vegetal llega a ser abrumadora, mientras desde las fincas linderas los pardos de las encinas y alcornoques asoman sus tonos por encima de los muros de piedra que las guardan. Este grandioso vergel se ve incrementado por el festejo sonoro y visual de una avifauna abundante capitaneada por la cigüeña negra, la especie más representativa del corredor fluvial.
Para iniciar los pasos por este enclave natural, se puede dividir la ruta propuesta en dos recorridos de ida y vuelta con el pueblo de Higuera de Vargas como inicio y final de cada uno de ellos. La primera de las excursiones saldrá desde el puente de Higuera o del Cerrajón, río arriba, hacia el embalse del Ahijón. Los siete u ocho kilómetros de distancia hasta la muralla de la presa transcurren paralelos a la carretera de Barcarrota por el Llano de la Nava, donde las reposadas aguas serpentean entre praderas semiencharcadas (devoradas en el estío por vacas y ovejas). Los tamujales que cubren la ribera se pueblan de alzacolas, ruiseñores, tarabillas, mirlos, zarzeros, currucas y escribanos afanados en el cuidado de sus pollos en plena temporada de reproducción. Tras el encuentro con el arroyo del Álamo, el río Alcarrache traspasa la carretera por debajo de un puente, para rodear en los últimos 2.000 metros la majada de los Siete Zahurdones entre un lecho de rocas y grandes peñas. Otras especies muy comunes y fáciles de observar son los galápagos leprosos y europeos, que se solean inmóviles sobre las piedras que asoman por encima de la lámina de agua. El embalse del Ahijón es un buen observatorio de aves acuáticas en cualquier época del año, y cuenta con un sendero que lo rodea por completo.
Por una vereda ganadera
La segunda excursión comienza en el mismo punto, pero el itinerario se dirige río abajo con dirección al puente de la Bogaña. En este caso, el sendero cubre unos 15 kilómetros por una zona mucho más salvaje que el anterior, porque, exceptuando la primera media hora de marcha que se recorre por un camino, el resto de la ruta discurre por una vereda ganadera que aparece y desaparece a su antojo.
Patear este tramo del corredor ecológico a primeras horas de la mañana puede traer la grata sorpresa del encuentro con alguna cigüeña negra en pleno lance de pesca. Este cauce, aunque somero, abunda en peces como barbos, bogas, pardillas, calandinos, colmillejas y el endémico jarabugo, exclusivo de la cuenca del Guadiana. Otra especie pescadora que habita estas riberas es la nutria, cuyo resto de festín es posible encontrar sobre las rocas y en las orillas arenosas.
El punto final de este paseo por el corredor del Alcarrache sería el viejo puente de piedra de ocho ojos, apodado de la Bogaña por la dehesa del mismo nombre a la que da acceso. Pero aún queda el regreso, que en este caso se puede hacer por el camino GR que a través del puente se interna en la dehesa, y devuelve los pasos hacia Higuera por medio del monte, hasta el encuentro con el río a la altura del paraje de la Sordisca, muy cerca del punto de partida.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
Desde Mérida, capital administrativa de Extremadura, se toma la N-630, E-803 (Vía de la Plata), en dirección sur hasta la localidad de Zafra. Una vez aquí se sale por la carretera de Fregenal, para desviarse en el puerto de Santo Domingo por la C-4311 hacia Jerez de los Caballeros. Ubicados ya en el centro cortesano de la comarca de las dehesas, se busca la salida hacia Oliva de la Frontera, para en poco más de un kilómetro tomar el desvío definitivo de Higuera de Vargas.
Para una mejor interpretación de los recorridos es conveniente adquirir la hoja cartográfica de la zona (escala 1:50.000) del Servicio Geográfico del Ejército: hoja 9-34.
Dónde dormir
- Monasterio de Rocamador (924 48 90 00). Carretera N-435, km 41,100. Almendral. Impresionante convento levantado en el siglo XVI en medio de una dehesa. El restaurante está instalado en la antigua capilla del monasterio; unos 42 euros. Habitación doble, 160 euros.
- Los Templarios (924 73 16 36). Carretera de Villanueva, s/n. Jerez de los Caballeros. Habitación doble, 48-60 euros.
- Oasis (924 73 18 36). El Campo, 18. Jerez de los Caballeros. Habitación doble, 36-48 euros.
- Cristina (924 70 00 40). Puerto, s/n. Fregenal de la Sierra. Habitación doble, 40-50 euros.
Dónde comer
- La Cazuela (924 73 16 36). Carretera de Villanueva, s/n. Jerez de los Caballeros. Cocina regional. Precio medio, 15 euros.
- Las Torres (924 73 11 68). Carretera de Villanueva, 49. Jerez de los Caballeros. Cocina regional. Precio medio, 15 euros.
- Venta Las Encinas (924 73 66 51). Carretera N-435, km 49. Barcarrota. Cocina regional. Precio medio, 15 euros.
Información
- Oficina de turismo de Jerez de los Caballeros (924 73 03 72).
- Oficina de turismo de Olivenza (924 49 01 51).
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