Sealtiel Alatriste vuelca 12 años de trabajo en su nueva novela
"¡Mexicanos, no vivan de rodillas!". La frase atribuida a su tía Carmen Serdán pervivió en la memoria de Sealtiel Alastriste y determinó el nacimiento de Conjura en La Arcadia (Tusquets), ambientada en la presidencia de Venustiano Carranza (1914-1920) y presentada en México. "Escribí la novela durante 12 años". El Ejército Federal había atacado la casa de su familia en Puebla, y la balconada de la tía pasmó a los soldados, que no atinaron a disparar. Lo hicieron cuando ya había desaparecido tras las cortinas.
Todo empezó el 18 de agosto de 1919, fecha en la que el presidente de México, identificado en el texto como El Viejo y El Supremo Jefe, recibió un telegrama de Washington con un ultimátum del presidente Woodrow Wilson: liberen al cónsul norteamericano o México será invadido. "México siempre ha vivido bajo la amenaza norteamericana", destaca el escritor. El supuesto secuestro de Henry O. Watkins por las tropas de Emiliano Zapata es aprovechado por Alastriste para recrear el entronque de su familia con la revolución de principios del siglo XIX y, en clave humorística frecuentemente, abordar las intrigas políticas, sociales y personales.
Respuesta
Años atrás, el autor, actual cónsul de México en Barcelona, escuchó decir al académico y servidor público Antonio Carillo Flores (1909-1986) que la moderna política exterior mexicana fue inventada por Carranza y Luis Cabrera, su Rasputín. Recibida la intimidación estadounidense, Cabrera aconseja una respuesta presidencial a los gringos que no entiendan, que leída de una forma les haga pensar que se les pide perdón, y de otra, les haga suponer que se les declara la guerra. Mejor dos telegramas: uno contrito y otro belicoso, dijo Carranza.
La novela revolucionaria ha sido profusamente cultivada en México y abarcó todos los registros, dice Alatristre. El ha querido adentrarse en el origen que rige el anhelo democrático del México de hoy. "Me atrajo la idea porque las historias de la revolución eran personales, comunes en mi familia", agrega. "De hecho, la revolución se inició en casa de mi familia en Puebla, los Serdán Alatriste".
El cónsul secuestrado, el telegrama y su tía Carmen aportaron los elementos de la novela histórica. "Me di cuenta de que se me ocurrían muchas historias de personajes. Y así se convirtió en una novela de muchas historias".
Babelia
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