La OTAN cierra las heridas de la guerra y ofrece su apoyo a la reconstrucción de Irak

La OTAN asegura haber cicatrizado las heridas de la crisis iraquí y proclama como realidad la capacidad de actuar fuera de su área geográfica -en Afganistán, a partir de agosto, o facilitando inmediatamente ayuda logística a Polonia en el sur de Irak- para afrontar las nuevas amenazas que representan el terrorismo o las armas de destrucción masiva. En ese clima de euforia algunos países europeos sugirieron ayer en Madrid estudiar el envío de una fuerza de paz para Oriente Próximo, algo que EE UU aplaude, pero que aunque "deseable considera bastante remoto".

El propio secretario general de la Alianza, George Robertson, al término de la reunión de primavera de los ministros de Exteriores de los 19 países miembros, consideró este envío de fuerzas a Oriente Próximo, como "una hipótesis lejana". Un alto funcionario estadounidense afirmó que "para hacerla plausible, deberían antes aceptarla las partes implicadas

[palestinos e israelíes]". Israel siempre se ha negado a la presencia de tropas extranjeras como fuerza de interposición. "Centrémonos primero en la aplicación de la Hoja de Ruta", dijo el representante de Washington al referirse al último plan de paz.

"La OTAN ha capeado el temporal de modo notable", afirmó ayer Robertson en referencia a las heridas abiertas por la guerra en Irak. El secretario general de la organización subrayó la importancia que supone que la Alianza encabece, desde mediados de agosto, la Fuerza Multinacional de Paz en Afganistán (ISAF) y que haya dado el visto bueno a la petición de Polonia a la organización de ayuda logística, información secreta y comunicación para su misión de seguridad en una zona del sur de Irak entre Bagdad y Basora, y en la que presumiblemente habrá españoles.

"Ambas decisiones representan un hito histórico", les dijo a los ministros Marc Grossman, subsecretario de Estado norteamericano, que sustituyó en la reunión a Colin Powell por estar éste acompañando al presidente George W. Bush en las negociaciones de Egipto y Jordania con israelíes y palestinos. "No estamos hablando en hipótesis: la Alianza ya es capaz de dirigir operaciones donde quiera y cuando la seguridad común esté amenazada", comentó la fuente diplomática estadounidense. Otras fuentes europeas estiman esas palabras son todavía un tanto optimistas: "Las limitaciones son aún grandes pese al compromiso de mejorar las capacidades de defensa y la puesta en marcha de la Fuerza de Respuesta Rápida".

Cómo se han llegado a cicatrizar tan rápidamente las heridas de Irak y evaporarse las reticencias de Francia es algo que algunos analistas y diplomáticos interpretan como un "ejercicio de pragmatismo y responsabilidad" por parte de París, mientras que otros lo consideran como un regalo estadounidense para que los franceses se beneficien de algún contrato petrolífero en Irak.

El terrorismo continúa representando una grave amenaza para la Alianza Atlántica y para la seguridad y la paz internacional (...) categóricamente rechazamos y condenamos el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y reiteramos nuestra voluntad de combatir este flagelo el tiempo que sea necesario", reza uno de los puntos del documento aprobado por los ministros.

"Todos han destacado en sus intervenciones la gravedad del fenómeno", comentó ante la prensa la ministra española, Ana Palacio. "Nuestro enemigo principal es el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva y las posibles connivencias entre ellos", afirmó Palacio. España logró incorporar en el texto "la solidaridad" de la OTAN "con las víctimas del terrorismo". La OTAN prefiere por ahora limitar su función en Irak en la ayuda logística y de información secreta a Polonia, pero "se percibe voluntad de hacer algo más", asegura una fuente atlántica. En cambio, donde no parece que exista la misma voluntad es en el relevo el año próximo de la misión militar de los aliados en Bosnia-Herzegovina (actualmente 12.000 soldados) por parte de la UE, como quiere París. "No nos oponemos, pero nos parece prematuro", dijo un alto funcionario norteamericano. EE UU cuestiona que los europeos sean capaces de resolver cuestiones como la captura de criminales o el terrorismo en Bosnia.