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REENCUENTRO DE EE UU Y EUROPA

Bush tiende la mano a los países críticos en Europa para recomponer el nexo transatlántico

El presidente de EE UU pide unidad a los aliados para "cumplir las obligaciones comunes"

En el antiguo palacio de los reyes de Polonia en Cracovia, el presidente estadounidense, George W. Bush, pronunció un discurso de algo menos de media hora en el que tendió una mano de reconciliación a lo que su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, definió como la vieja Europa. Bush apeló a que Europa y Estados Unidos "muestren unidad para defender la libertad y cumplir con las obligaciones comunes", porque "no es el momento de que en esta grandiosa alianza surjan diferencias de opinión. (...) Los enemigos de la libertad siempre fomentan una Alianza dividida".

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A pesar de esta mano tendida no parecen cerradas las heridas a juzgar por las declaraciones de la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, al diario Le Monde: "EE UU fue considerado [por Francia] un país más peligroso que el de Sadam". "Quizá los norteamericanos no pueden entender por qué no se consideró una causa justa la liberación de Irak. (...) Hay mucha consternación en EE UU por la manera en que actuó [París]", dijo Rice.

No es casualidad que Bush escogiera Polonia como primera etapa del viaje. El futuro miembro de la UE -que el próximo fin de semana votará en un referéndum su ingreso- se ha convertido en el alumno modelo para Washington al participar en la guerra y estar ahora al frente de una de las zonas militares en Irak. Se apresuró Bush a asegurar que Polonia no tiene que escoger entre Europa y EE UU, porque no existe conflicto entre las dos opciones. A su lado aplaudía henchido de satisfacción el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, cuyo nombre se baraja como posible futuro secretario general de la OTAN.

"He venido para anunciar las intenciones de mi país. EE UU se siente obligado con una Alianza Atlántica fuerte para llevar adelante la libertad de los pueblos y conservar la paz en el mundo". Y siguió el presidente con sus guiños hacia Europa: "América agradece su herencia de democracia, tolerancia y libertad".

Explicó Bush que el 11-S, que comparó con el ataque japonés a Pearl Harbor, "cambió mi país. El pueblo americano vio el odio del enemigo" y de ahí surgió una misión: "Luchar y vencer contra la red terrorista y los que la apoyan". Sostiene Bush que los ataques terroristas no se pueden responder con simples refuerzos de la ley, sino que "tienen que enfrentarse con el empleo directo de la acción militar". Anunció el presidente una iniciativa contra la proliferación de armas de destrucción masiva, EE UU y otros países aliados, Polonia entre ellos, participarán en el registro de aviones y barcos en busca de ese tipo de armas para retirarlas de la circulación.

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Expuso Bush la nueva doctrina estratégica de la OTAN, que "tiene que ser capaz de afrontar los desafíos de los nuevos tiempos" y defenderse más allá de las fronteras de Europa. En este punto, Bush leyó la cartilla a los países europeos que "tienen que invertir más en tecnología militar moderna para que nuestras fuerzas armadas puedan golpear de forma rápida y precisa o para golpear a los culpables y no afectar a los inocentes".

George W. Bush y su esposa, Laura, junto a su anfitrión, Vladímir Putin (derecha), y Tony Blair (izquierda), ayer en San Petersburgo.
George W. Bush y su esposa, Laura, junto a su anfitrión, Vladímir Putin (derecha), y Tony Blair (izquierda), ayer en San Petersburgo.ASSOCIATED PRESS
George W. Bush y su esposa, Laura, quien coloca una rosa en un horno usado para incinerar prisioneros en el campo de exterminio de Auschwitz.
George W. Bush y su esposa, Laura, quien coloca una rosa en un horno usado para incinerar prisioneros en el campo de exterminio de Auschwitz.REUTERS

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