México amplía el control fronterizo para mejorar los lazos con EE UU

México ha ampliado significativamente el despliegue de soldados en la frontera con Estados Unidos, el intercambio de información es intenso y a finales de año instalará aparatos de rayos gamma para detectar el contenido de los vehículos que cruzan una línea divisoria común de 3.200 kilómetros. El reforzamiento fronterizo arrancó hace meses, para secundar la cruzada norteamericana contra el terrorismo y conseguir una mejora de las relaciones bilaterales, dañadas desde el rechazo mexicano a la invasión de Irak. La presidencia de Vicente Fox quiere activar las negociaciones migratorias, paralizadas cuando la Casa Blanca impuso una agenda de seguridad en su política exterior.

"Si se permitiera que los terroristas ingresaran en EE UU desde México o que cometieran actos terroristas en México, los efectos de tales acciones no sólo afectarán a sus blancos específicos, sino también a nuestra agenda bilateral", subrayó el embajador estadounidense, Tony Garza, en un foro de empresarios. Hasta cinco millones de mexicanos han cruzado la frontera con EE UU sin ninguna verificación, según sus datos, y corren el riesgo de constituirse en "una subclase permanente". El acuerdo migratorio, improbable a corto plazo, aumentaría el cupo de temporeros y legalizaría, progresivamente, a cerca de cuatro millones de inmigrantes indocumentados.

Tibieza tras el 11-S

El secretario (ministro) de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, pidió no mezclar migración y terrorismo porque, en su opinión, es falso el argumento de que entre las oleadas migratorias se mueve a sus anchas el terrorismo internacional, según manifestó durante la inauguración de la VIII Conferencia Regional sobre Migración (CRM), que hoy concluye en Cancún. No está tan seguro su vecino del Norte. Con la reacción mexicana al 11-S, percibida como tibia, y su rechazo a un ataque a Irak sin el aval de la ONU, pasaron al olvido las negociaciones migratorias, intensas al comienzo de la presidencia de Fox, investido el 1 de diciembre de 2000.

El objetivo ahora es animarlas. "EE UU nos remite abundante información sobre sospechosos, que aquí se investiga hasta en los casos más inverosímiles", afirman las fuentes oficiales consultadas. No se han producido capturas que demuestren el protagonismo de la frontera mexicana en las rutas del terrorismo, pero los contactos y viajes entre funcionarios de los dos países son frecuentes.

El investigador John Bailey, catedrático de la Universidad de Georgetown y autor del libro Crimen transnacional y seguridad pública, advirtió en la capital federal de que EE UU recaba la voluntaria cooperación de las naciones limítrofes y del resto de América. "Y si no lo logra por las vías diplomáticas, va a buscar hacerlo como pueda". Fuentes parlamentarias mexicanas instaron al Gobierno a no secundar el endurecimiento aplicado por el Gobierno de George W. Bush, "haciéndole el trabajo sucio".