El joven acusado de matar a puñaladas a su padre en Irún presenta una coartada que una testigo contradice
El joven acusado de matar a su padre el 12 de mayo de 2000 en Irún aseguró ayer en el juicio que en el momento de los hechos estaba en su propia casa. Según relató, comió con su madre y vio la televisión en su habitación, tras lo cual preparó la mochila para ir al polideportivo, del que regresó hacia las 18.30. La madre ratificó la versión de su hijo.
Por contra, otra testigo declaró que la tarde del crimen vio al imputado, cuyos padres estaban separados, en el portal del domicilio de la víctima, donde éste tenía su consulta médica.
El procesado, quien reconoció que el día anterior sí estuvo en casa de su padre, justificó la existencia en su mochila de una mancha de sangre de su progenitor porque fue usada para llevar los trapos con los que sus familiares limpiaron la sangre del domicilio del fallecido, quien murió apuñalado.
El acusado, con una discapacidad en el brazo izquierdo, explicó que su padre no le pagaba la manutención desde hacía más de un año y que había abierto cuentas bancarias a su nombre y el de su hermana sin su consentimiento.
[Las pruebas de ADN realizadas a una mancha de sangre hallada en una mochila del acusado de la muerte de un guardia civil en el cuartel bilbaíno de La Salve coinciden con las de la sangre del fallecido. "Es 24 billones de veces más probable que la muestra de sangre provenga del cabo Juan Manuel Villa -el fallecido- que de otro ciudadano español", señalaron ayer los especialistas.
La defensa intentó que los peritos determinaran la antigüedad de la sangre, pues la familia del procesado apunta que la víctima, compañero y amigo del acusado, podría haberse lesionado y dejado esos restos en alguna de las excursiones que hicieron juntos. Los expertos no pudieron confirmar la fecha, informa Vasco Press].
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