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El Gobierno francés desoye las protestas en la calle y aprueba la reforma de pensiones

Los sindicatos convocan huelgas para la próxima semana en el transporte ferroviario y aéreo

Los más de 700.000 manifestantes del pasado domingo y la amenaza de un movimiento social importante de protestas para la próxima semana, así como una interminable huelga de profesores de instituto, no parecen haber hecho merma en la determinación del Gobierno francés en defensa de un plan de pensiones muy criticado. El Ejecutivo de Raffarin dio ayer luz verde a su plan de reforma de las pensiones, paso previo a la aprobación en el Parlamento, prevista antes de las vacaciones de verano. Los sindicatos han convocado nuevas huelgas en el transporte ferroviario y aéreo.

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El Ejecutivo de centro-derecha ha sabido romper el frente de protesta sindical y atraer hacia sus posiciones no sólo a la CFTC, central de cuadros tradicionalmente pactista con el poder, sino también el respaldo implícito de la dirección de la CFDT, sindicato reformista de tradición socialista. El problema para el Gobierno y para la CFDT es que no hay ninguna garantía de que los militantes de dicha central respeten los pactos de su dirección.

Con los cambios introducidos a propuesta de una parte del movimiento sindical, la reforma de las pensiones mantiene el aumento del periodo de cotización para tener derecho a una prestación sin recortes, que primero se aplicará a los funcionarios hasta 40 años y luego a todos los trabajadores hasta 41 años.

Además del respaldo de la dirección de la CFDT, la reforma gubernamental tiene el apoyo de varias personalidades próximas a la izquierda moderada, que han estimado que "el texto del Gobierno Raffarin podría ser el del Partido Socialista hace dos años". En un artículo publicado en el diario Le Monde, un antiguo colaborador de Jacques Delors y varios economistas que han colaborado con el PS denuncian "la demagogia del PS", critican el que "se llegue a proponer un referéndum para resolver la cuestión de las pensiones de jubilación; es decir, se quiera encerrar en una alternativa binaria un debate para el que, hasta hace poco, se preconizaba pedagogía, diálogo y delicadeza".

Ayer, en Consejo de Ministros, el presidente Jacques Chirac, por primera vez, salió en defensa del proyecto del gobierno, calificándolo de "urgente" y "justo". El presidente recalcó que "sin la reforma, en un plazo breve, las pensiones se quedarían sin medios financieros debido al fuerte aumento del número de jubilados". Sin entrar en el detalle ni responder a las críticas concretas de la oposición, Chirac sí quiso resaltar que "el plan garantiza la pensión de jubilación a todos los franceses, no sólo a los más modestos, sino también a todos aquellos que no pueden proteger su futuro gracias al ahorro".

El ministro de Asuntos Sociales, François Fillon, aprovechó la oportunidad para lanzar una dolorosa puya hacia los socialistas al agradecer a los comunistas que "ellos, al menos, sí hubieran presentado una reforma alternativa". El PS, de momento, debido a que el tema enfrenta a sus distintas corrientes, no quiere lanzar "contrarreformas", sino algunas "vías alternativas". Fillon recordó que "aumentar las retenciones nos parece peligroso para la economía y para el ya fragilizado mercado de trabajo", y tampoco quiso tomar en consideración la sugerencia de aumentar las tasas sobre beneficios bursátiles.

Bloqueo de puertos

Además de las nuevas protestas convocadas, la huelga ha afectado ya a museos como el Picasso o el Guimet, pero puede hacerlo también a otros muy visitados, como el Orsay, pues los funcionarios que trabajan en dicho centro ya han anunciado que no están dispuestos a garantizar su presencia en el lugar de trabajo durante la próxima semana, y otros sectores a los que raramente se ve implicados en actos de protesta también se suman a ésta.

Es el caso de los aduaneros, que bloquean en la actualidad del puerto de Le Havre y que ayer causaron importantes retrasos y embotellamientos en la descarga de contenedores. Los oficiales de marina mercante también anuncian huelga para el próximo 3 de junio en defensa de su régimen específico de jubilación. Los 1.800 oficiales del sector, de seguir las consignas sindicales, pueden bloquear buena parte del funcionamiento de todos los puertos franceses.

Los camioneros amenazan

Mientras se espera lo que puedan decidir en los próximos días los transportistas, de momento, y para el lunes que viene por la noche, se anuncian ya importantes movimientos sociales en Francia, que podrían perturbar de manera importante los transportes urbano y ferroviario. En la SNCF (la Renfe francesa), cinco de seis centrales sindicales llaman a la huelga en defensa de sus regímenes especiales de pensiones. Asimismo en la compañía aérea Air France, diez sindicatos han convocado huelga para el día 3 de junio. En París sólo la CGT parece dispuesta a entablar un pulso frontal con la patronal y el Gobierno. La sombra de una paralización total de la ciudad, como la que conoció la capital en 1995, es por el momento una amenaza que no acaba de materializarse.

En la enseñanza sigue desde hace varias semanas la huelga de profesores, que pone en peligro la celebración de los exámenes finales de selectividad, no tanto porque sean los mismos profesores los que tengan que vigilarlos, sino porque el movimiento, muy radicalizado, parece dispuesto a impedir el acceso a las aulas de los alumnos, comportamiento que les enfrenta a la opinión pública gala, que desaprobaría tal medida en un 85%.

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