La novela española más reciente está cargada de pensamiento
Guillén y Sobejano cierran un ciclo sobre narrativa española
El curso coordinado por el escritor y académico Luis Goytisolo Panorámica de la narrativa española se cerró ayer con las intervenciones de Claudio Guillén y Gonzalo Sobejano. El primero habló de La plurinovela, de fuerzas que rompen los géneros, de mezcla entre realidad y ficción. El segundo analizó las corrientes de la novela española, y destacó el peso del pensamiento en algunas obras recientes.
El Instituto de España de Madrid ha sido la sede del ciclo, que empezó hace una semana y terminó ayer. Las intervenciones se reunirán en un libro, dijo Luis Goytisolo, que celebró el rigor de las conferencias y lamentó la escasez de público.
Una queja justificada, si se tiene en cuenta la brillantez de los convocados. El crítico y académico Claudio Guillén dio ayer una lección de sabiduría y de lucidez. Prefirió transitar por lo que ocurre con la literatura actual a partir de obras concretas, y así mostró tratando de distintos casos cómo los géneros se mezclan ("la conjunción del ensayo y la narración novelesca parece propia de nuestros días"), cómo la introducción del yo real amplía el territorio de la ficción, cómo hay obras con una "insaciable capacidad de análisis" y otras que revelan "el intento incansable de entender al otro" (Sefarad, de Muñoz Molina). "La plurinovela-aunque no sólo ella- tiende a desplegar, mostrar y examinar la abundancia del mundo", dijo al hablar de esta última novela. Los ejemplos se sucedieron en su intervención, y cada uno de ellos fue la excusa para abordar tendencias y maneras, obsesiones que se comparten, preocupaciones formales, logros estéticos. Enrique Vila-Matas, Javier Marías, Luis Goytisolo -habló de Diario de 360° y de Liberación- o Mario Vargas Llosa, entre otros, fueron estaciones de un recorrido que también se detuvo en la fascinante obra del alemán W. G. Sebald.
Después habló Gonzalo Sobejano, que trató de "los paradigmas que han orientado la novela española desde 1950 hasta finales del siglo pasado". "En primer lugar, está la novela social", explicaba antes de su intervención, "la de La colmena, de Cela, y El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio. En segundo, la novela estructural, la que tiene en Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, su más cabal modelo. Luego vino el afán de recuperar el arte de narrar historias (La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, por ejemplo) y una serie de proyectos formalmente muy exigentes (la tetralogía de Luis Goytisolo, la que incluye la monumental Recuento), muy próximos a la metaficción. Finalmente, y ahí están obras como las de Álvaro Pombo o Javier Marías, se ha cultivado un tipo de novela, que defino como pensamental, y en la que las ideas del narrador, de los personajes o del autor tienen un peso sustancial".
El martes fue el turno de Ignacio Echevarría. Su visión fue crítica. "Más que encuentro entre el autor y su público, los que se han encontrado en estos últimos 25 años han sido la industria editorial y el mercado", comentó sobre el tema de su conferencia. "El mundo literario es hoy un espacio sin gravedad. Todo permanece suspendido y no hay criterios de percepción ni de enjuiciamiento. Sólo hay mesas de novedades en las que todo se mezcla".
Luis Goytisolo resumió las primeras conferencias, comentando que habían ido de lo más general a lo más concreto. Kjell Johansson analizó la recepción de la literatura española en Suecia. Jacques Soubeyroux "hizo una aproximación de plano medio", abordando la cuestión del espacio en distintas novelas. Daniela Pittarello disertó sobre Nada, de Carmen Laforet, y sobre Volverás a Región, de Juan Benet. "Desmontó esas obras desde algo tan concreto como los objetos. La suya fue una mirada de primerísimo plano".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.