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Antoni Maria Badia i Margarit gana el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes

El gramático apela a la sociedad catalana para garantizar el futuro de la lengua

Hacía años que su nombre aparecía en todas las quinielas previas a la entrega del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes. Finalmente, el filólogo Antoni Maria Badia i Margarit (Barcelona, 1920) recibió ayer el galardón en su 35ª edición, celebrada anoche en el Palau de la Música Catalana. Considerado un precursor de la sociolingüística y autor de una sólida obra cuyos puntales son las dos ediciones de la Gramàtica catalana (de 1962 y 1994), Badia i Margarit apeló ayer a la responsabilidad de los gobiernos y de la sociedad para garantizar el futuro de la lengua catalana.

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Badia i Margarit, articulista
El honor debido

Badia i Margarit ha dedicado su trayectoria a la investigación y la docencia. En la posguerra y los años de la transición se distinguió por su compromiso cívico con las libertades y la lengua catalana. Ayer, en una reunión con los medios de comunicación previa a la concesión del galardón, Badia i Margarit afirmó que cree necesario que las autoridades tomen medidas más firmes en defensa del catalán, pero añadió: "Todavía más importantes son las actitudes de las personas". Atento a la actualidad, hizo votos para que la victoria del PP en las elecciones autonómicas en Baleares no suponga que el Gobierno de las islas salga del Instituto Ramon Llull, dedicado a la promoción de la cultura catalana en el exterior.

En los últimos cuatro años, el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, concedido por Òmnium Cultural y dotado con 10.000 euros, había sido otorgado a personalidades del mundo de la literatura. Ayer volvió a recaer en un nombre procedente del campo de la investigación. Rector emérito de la Universidad de Barcelona (UB), Badia i Margarit es licenciado en Filología románica e inició su trayectoria como catedrático de Gramática histórica de la lengua castellana en la UB; más adelante se sumergió en el estudio de la lingüística histórica catalana y confeccionó un atlas lingüístico de las tierras de habla catalana. Con la elaboración de sus gramáticas, que tomaron como referente a la pionera de Pompeu Fabra, de 1912, tenía como objetivo que el catalán tuviera un tratamiento gramatical del mismo nivel que el de todas las lenguas normalizadas.

Precisamente de esto último habló ayer en su parlamento. "El presente del catalán tiene un anverso, que es su condición de lengua de cultura y de ciencia, pero tiene también un reverso, que son las suturas e imperfecciones" en su uso, por la presión de la globalización y de la inmigración. "Este reverso lleva a los pesimistas a decir que nos encontramos en una situación crítica", añadió, en referencia a la polémica recurrente acerca de la salud del idioma. Él aseguró sentirse "moderadamente optimista" respecto al futuro de la lengua.

Badia i Margarit fue crítico con "las autoridades", en referencia a las dos leyes de política lingüística que ha impulsado la Generalitat, que a su juicio no han dado frutos: "Me parece que no se han hecho las cosas lo suficientemente bien", concluyó.

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Joan Martí i Castell en PÁGINA 10

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