Sharon está dispuesto a aplicar la Hoja de Ruta tras recibir garantías de EE UU
Washington acepta las reservas presentadas por el primer ministro israelí al plan de paz
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, aseguró ayer que está dispuesto personalmente a aplicar el plan de paz conocido como Hoja de Ruta y que lo presentará de forma inminente ante el Gabinete para su aprobación. Aunque no adelantó una fecha, todo parece indicar que lo hará en el próximo Consejo de Ministros, previsto para mañana. El anuncio fue hecho después de que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, confirmara su disposición a aceptar las reservas presentadas por Sharon a la Hoja de Ruta.
La oficina del primer ministro israelí emitió una nota anunciando la inminencia del debate sobre el plan de paz en su Gobierno y su eventual apoyo. "Estamos dispuestos a aceptar los pasos que contempla la Hoja de Ruta, que será presentada al Gobierno para su aprobación", dijo el comunicado. El anuncio fue recibido con escepticismo por los dirigentes palestinos, que desconfían de las modificaciones que Sharon quiere introducir en el plan de paz del cuarteto formado por EE UU, la Unión Europea, la ONU y Rusia.
El anuncio de Sharon fue el resultado de una negociación en Washington entre su jefe de Gabinete, Dov Weisglass, y altos funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Según el acuerdo, la Casa Blanca reconocería de forma pública la legitimidad de las objeciones israelíes a la Hoja de Ruta, insistiendo acto seguido en que el esquema del plan de paz no sería alterado, para evitar problemas con los palestinos. El objetivo era ayudar a Sharon en la difícil tarea de convencer a su Gobierno de la necesidad de aceptar el plan.
El acuerdo entre Sharon y EE UU se puso en marcha por la mañana con un breve comunicado desde el rancho del presidente George W. Bush en Crawford (Tejas), firmado por Powell (que se encontraba en Francia) y por la asesora de seguridad nacional, Condoleezza Rice, que indicaba que Washington consideraría "de forma completa y seria" las objeciones israelíes.
En cuanto se conoció el texto, Powell hizo en París unas declaraciones destinadas a tranquilizar a los palestinos: "Hemos dicho al Gobierno israelí que tomaríamos en consideración sus comentarios y los tendríamos en cuenta a medida que avanzáramos en la aplicación de la Hoja de Ruta, pero eso no requiere que la cambiemos", dijo. Powell añadió que esperaba una respuesta inmediata por parte de Israel. También el presidente Bush calificó de "progreso" la aceptación de la Hoja de Ruta, y confirmó que estaba considerando la posibilidad de reunirse con Sharon y su homólogo palestino, Abu Mazen.
Con las garantías de EE UU, Sharon se podrá enfrentar mañana al Consejo de Ministros, en el que varios de sus miembros se oponen al plan. Entre ellos está el ministro de la Vivienda y líder del Partido Nacional Religioso, Effi Eitam, y el ministro de Transportes y líder del Partido de Unidad Nacional, Avigdor Liberman, que han amenazado con dimitir y sacar a sus respectivas formaciones políticas del Ejecutivo. Si esto ocurriera, Sharon se vería obligado a negociar la vuelta de los laboristas para suplir la salida de la extrema derecha de la coalición gubernamental.
Según fuentes cercanas a Sharon, éste habría logrado que en el plan de paz se incluyan medidas de seguridad adicionales, condicionando la congelación de los asentamientos a que la Autoridad Palestina presente resultados en el ámbito antiterrorista, y que el sistema de verificación quede sólo en manos de EE UU, excluyendo a los otros miembros del Cuarteto. Sin embargo, Sharon no habría conseguido añadir una cláusula por la que la ANP renunciaría al derecho al retorno de los refugiados palestinos, ni tampoco hacer desaparecer la mención a la iniciativa de Arabia Saudí que pide a Israel la retirada de los territorios ocupados en 1967 a cambio de la paz con todo el mundo árabe.
La viabilidad de la Hoja de Ruta ha quedado en entredicho por los recientes atentados. En el último de ellos, ayer al mediodía junto al asentamiento de Netzarim, ocho israelíes resultaron heridos -la mayoría levemente gracias al blindaje del vehículo- tras el estallido de una bomba accionada por control remoto contra un autobús de colonos.
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