El juez encarcela a uno de los dos detenidos por la muerte de Laura Orue

El juez decretó ayer el ingreso en prisión incondicional de uno de los dos detenidos por la muerte de Laura Orue, ocurrida hace cuatro años en la localidad vizcaína de Zeberio. Aunque la investigación continúa, el magistrado ha apreciado una responsabilidad directa de M.R.N., de 31 años y vecino de Miraballes. El otro arrestado, de 37 años y residente en Arrigorriaga, quedó en libertad condicional.

La toma de declaración de ambos por el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao, Eduardo González del Campillo, se prolongó toda la madrugada de ayer. Hacia las siete de la mañana, dictó el auto judicial que envía a prisión al arrestado, quien ingresó en la cárcel de Basauri.

Según fuentes judiciales, la principal prueba contra M.R.N. es el hallazgo en su vehículo de pelos con restos de ADN que coinciden con el de Orue, la joven de 21 años cuyo cadáver fue encontrado en un pinar cercano a su domicilio una semana después de que desapareciera en agosto de 1999. "Luego hay una serie de hechos subjetivos y contradicciones en la declaración", señalaron las mismas fuentes. En cambio. el juez estima que por ahora no se le puede imputar una responsabilidad directa en la muerte de la joven a M.A.C.B., el otro detenido por la Policía Municipal bilbaína.

El juez mantiene el secreto de sumario sobre gran parte de las diligencias, ya que prosigue la investigación para encontrar más pruebas.

M.A.C.B. deberá presentarse ante el juzgado los días 1 y 15 de cada mes, además de las ocasiones en que sea requerido por el magistrado. Ambos cuentan con antecedentes por delitos relacionados con el tráfico de drogas, según la Policía Municipal de Bilbao, que se hizo cargo del caso en abril de 2002 y que ha practicado las detenciones.

El abogado de la familia Orue, Jesús Lavín, dijo que las detenciones han tranquilizado a los familiares de la fallecida y ahora se encuentran "ilusionados" con que se puede resolver el crimen.

El cuerpo de Laura Orue fue localizado semienterrado en una zanja de medio metro de profundidad por uno de los voluntarios que participaba en las labores de búsqueda. La joven desapareció tras salir de trabajar a las 23.30; debía haber cogido un tren para desplazarse a Llodio. Su coche estaba aparcado junto a la estación de Miraballes.

El cadáver, hallado una semana después de la desaparición, no presentaba signos de agresión sexual ni otro tipo de violencia. Los análisis forenses sólo pudieron precisar que la muerte se produjo por sofocación y descartaron que la joven consumiera sustancias tóxicas. La Ertzaintza detuvo entonces a un joven, quien quedó en libertad tres días después.