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LA TRANSICIÓN EN IRAK | La situación en el norte

Human Rights Watch reclama un tribunal internacional para juzgar los crímenes en Irak

Un mes y medio después de la caída de Bagdad, la justicia es aún un asunto pendiente. "Todavía no se ha decidido quién va a juzgar a los cómplices de Sadam Husein, que es para nosotros una cuestión fundamental", asegura Reed Brody, consejero de la organización Human Rights Watch (HRW).

"Hemos instado a la creación de un tribunal internacional que tenga la credibilidad y la legitimidad para sentar las bases del derecho en Irak, pero también para satisfacer a la opinión mundial y a la árabe", afirma Brody, estadounidense, profesor de Derecho en la Universidad de Columbia. "EE UU está hablando de un tribunal iraquí, que a primera vista parece normal porque se trata de iraquíes que cometieron crímenes contra iraquíes. El problema es quiénes serán los jueces. No pueden ser los mismos que durante tres décadas sirvieron al régimen", explica. "EE UU está formando a exiliados, muchos de ellos de trayectoria reconocida, pero un tribunal designado por EE UU sería visto como la justicia de los vencedores".

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HRW tiene dos equipos en Irak. Uno analiza la seguridad, mientras que otro, formado por dos ex militares, está allí para examinar las consecuencias de la guerra, sobre todo, en lo que se refiere a la muertes de civiles. "Hemos visto una situación descontrolada en las primeras semanas después de la guerra, un vacío que ha sido más sangriento que el mismo conflicto, sobre todo en el norte. Los kurdos volvieron y desplazaron a personas, se registraron matanzas y saqueos de casas. Mientras la guerra fue muy estudiada, esta segunda fase parece como si no hubiera sido pensada", señala. "Estados Unidos está tardando en cumplir con sus obligaciones como potencia ocupante. Tenemos una situación humanitaria y de seguridad muy preocupante", advierte Brody.

En las últimas semanas se ha hablado de la destrucción del patrimonio, pero poco se ha escrito sobre la destrucción de pruebas incriminatorias de crímenes cometidos en tres décadas. "La falta de protección de las fosas comunes, que han sido destrozadas hasta con excavadoras, no sólo perjudicará la identificación de las personas, sino también la preservación de las pruebas que se puedan utilizar para llevar a la justicia al régimen de Sadam Husein".

La tarea de un futuro tribunal, por la gravedad y la cantidad de crímenes, será monumental.

"Tenemos que limitarnos a lo posible. No estamos hablando de miles de acusados. Hablamos del genocidio contra los kurdos, que está muy bien documentado, y quizá sea el crimen más importante. Luego los crímenes contra los chiíes, y también el sistema represor, la tortura sistemática, para los que se podría establecer una comisión de la verdad".

El principal obstáculo para la creación de un tribunal internacional es la oposición de Estados Unidos. "La resolución [aprobada ayer] en Nueva York por el Consejo de Seguridad apoya la idea de llevar a la justicia a los criminales pero no explica cómo. EE UU se opone al concepto de una justicia internacional. También existe el temor de que ese tribunal examine su actuación" en Irak.

El Derecho Internacional pasa por momentos difíciles desde el 11-S, según Brody, que ha intervenido en el caso Pinochet y ha dirigido para la ONU la investigación de matanzas en Congo.

"Los derechos humanos, con la actual política antiterrorista, han pasado a un quinto lugar. Pero es importante para el pueblo iraquí saber la verdad. He visto situaciones de impunidad en Haití y en Congo, y es muy frustrante cuando se sabe que los que aterrorizaron y mataron a tus familiares están viviendo en la otra esquina".

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