Argentina viola los acuerdos con Aerolíneas al crear otra línea aérea
La compañía amenaza con demandar al Estado por esta medida
Aerolíneas Argentinas, propiedad del grupo español Air Comet-Viajes Marsans, ha amenazado con demandar judicialmente al Estado argentino por la creación de una nueva compañía pública que rescata a la quebrada línea aérea LAPA, ya que entiende que esto viola el compromiso del Gobierno de no ejercer como administrador de una empresa en el sector aéreo. El decreto firmado el miércoles por el presidente Eduardo Duhalde "es una violación de un decreto de 1990, cuando se privatizó por primera vez Aerolíneas, en el que el Estado se abstiene taxativamente de conformar otra compañía aérea o tener intereses en determinada aerolínea", dijo ayer a este diario un portavoz de Aerolíneas Argentinas.
El panorama aeronáutico argentino ha quedado modificado tras la firma por Duhalde, a cuatro días de entregar el poder, de un decreto que crea una línea aérea cuyo único accionista será Intercargo, la empresa estatal de servicio de rampas. La nueva compañía absorberá a los 850 trabajadores de la empresa LAPA, que no opera desde Semana Santa por graves problemas económicos.
El Gobierno sostiene que la nueva compañía permitirá regular el mercado aéreo local evitando una posible situación de monopolio de Aerolíneas, que controla el 82% de los vuelos domésticos. Duhalde declaró que para viajar al sur del país había que pagar "pasajes carísimos" y reclamó una mayor competencia.
Fuentes de Aerolíneas rechazan este argumento e interpretan que la decisión de poner en pie una compañía pública fue un compromiso del Gobierno en plena campaña electoral (LAPA dejó de operar una semana antes de la primera vuelta de los comicios presidenciales), y evitar que "mil personas estuvieran dando vueltas por la calle, armando piquetes y protestando". "Además", añadieron, "los sindicalistas del sector presionaron con fuerza a las autoridades".
El decreto firmado por Duhalde establece que la medida es de carácter excepcional, ya que la nueva sociedad deberá ser privatizada dentro de seis meses, una vez que logre su punto de equilibrio. Aerolíneas, sin embargo, ya ha hecho sonar la señal de alarma: "Es una aberración absoluta. La existencia de esta nueva compañía no tiene ningún sentido", dijo Julio Scaramella, portavoz de la antigua línea de bandera argentina.
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