El "descubrimiento" de Madrid

La campaña electoral de Madrid está siendo la más agotadora. Primero, porque es la más larga (comenzó hace más de un año, con la designación de Trinidad Jiménez como candidata del PSOE a la alcaldía). Segundo, porque todos los partidos creen que se juegan mucho en lo que consideran una ciudad y una comunidad símbolo; y tercero porque los resultados, si se hace caso a los sondeos publicados, pueden ser reñidos.

Por si fuera poco, las campañas en Madrid tienen siempre un "plus" de política nacional, que se mezcla con el debate de los temas puramente locales. Y por último, algo bastante poco frecuente, ni el PP ni el PSOE repiten candidaturas. Sus cuatro protagonistas son "nuevos", aunque unos sean más conocidos que otros.

Alberto Ruiz-Gallardón es el más famoso, porque llega con el crédito obtenido en el Gobierno de la Comunidad de Madrid durante muchos años. Su elección como candidato a alcalde parecía la única manera que tenía el PP de evitar la probable victoria de Trinidad Jiménez, una candidata respaldada por el secretario general del PSOE, Rodríguez Zapatero, y considerada como una mujer de extraordinaria vocación política. El PP reconoce que le está agradecido a Gallardón por aceptar el envite. Además, muchos populares creen que, si resulta elegido alcalde, habrá perdido su condición de posible corredor en la carrera por la presidencia del Gobierno. Realmente, dado que la designación del sucesor de Aznar se hará, según lo previsto, en septiembre-octubre, Gallardón llevaría menos de cuatro meses en el cargo, muy poco tiempo para anunciar un abandono.

"Más facil sería"-afirman algunos de sus simpatizantes- "que se planteara ser ministro en un eventual Gobierno del PP". Pero para ello tiene antes que ganar en Madrid, y hacerlo además por mayoría absoluta, porque si no la alcaldía quedará en manos de PSOE e IU.

El envite es formidable y la campaña de Alberto Ruiz- Gallardón ha sido diseñada con microscopio. Lo más llamativo es que, pese a que le acompaña a muchos lugares, se ha decidido mantener en un segundo plano a Ana Botella, número tres de su lista, y que el actual alcalde, Álvarez del Manzano, está directamente olvidado.

De los cuatro protagonistas, el menos conocido era Rafael Simancas, candidato socialista a la Comunidad, pero, curiosamente, es posible que se haya convertido en el auténtico "descubrimiento" de esta campaña. La sorpresa puede haber llegado, incluso, para sus propios compañeros de la Ejecutiva Federal del PSOE, con la que Simancas, procedente del aparato "de toda la vida" y antiguo guerrista, ha conectado a posteriori y que ahora reconocen, sin dudar, "el gran papel" que está haciendo. Ayer, Simancas y Jiménez se reunieron en un nuevo local musical con centenares de representantes del mundo de la cultura y fue patente la seguridad con la que se movía el candidato a la Comunidad, pese a tener muchas menos relaciones personales en ese mundo que Trinidad Jimenez. Incluso fue él quien se reservó la lectura de la lista de propuestas concretas. Entre el público no estaban los actores jóvenes que impulsaron la "revuelta" contra la guerra, "pero sí sus directores y productores", según un crítico asistente.

De partida, todo el mundo en el PSOE reconoce que el papel más difícil lo tiene Jiménez porque Madrid es una ciudad claramente conservadora. La razón, dicen los expertos, hay que buscarla en la demografía. La Comunidad tiene algo más de 800.000 habitantes mayores de 65 años, pero casi 600.000 de ellos viven en la capital. En 10 de los 21 distritos, más del 25% de la población supera esa edad. Los votantes más jóvenes han sido expulsados de la capital por la carestía de la vivienda y se han trasladado en buena parte a localidades del cinturón. Es en esas ciudades llenas de nueva vida, muy dinámicas y nada temerosas de cambios, donde el PSOE espera llenar esta vez las urnas de votos.

Una campaña tan larga como ésta tiene un inconveniente y una ventaja. Lo malo es el posible cansancio de los electores; lo bueno, quizás, la cantidad de propuestas que están anunciando los candidatos. Si los madrileños se tomaran las campañas electorales como lo que son, contratos entre los electores y sus politicos, (lo único que de verdad puede exigir un ciudadano a su representante es lo que prometió para conseguir su voto) empezarían a pedir cuentas antes de las elecciones de 2004 y Madrid podría experimentar una notable mejoría. Desde los siete hospitales que Esperanza Aguirre asegura que construirá, hasta el novedoso sistema de ayuda y protección a los mayores que anuncia Trinidad Jiménez. Pasando por los dos temas estrella, la seguridad ciudadana y la vivienda, los dos capítulos en los que posiblemente podría estar de verdad, en Madrid, la razón del voto.