Un atentado suicida palestino causa siete muertos en un autobús de Jerusalén
Un segundo terrorista se inmoló con explosivos en un puesto de control sin dejar víctimas
Siete israelíes fallecieron y unos veinte resultaron heridos tras un nuevo atentado suicida ocurrido en el interior de un autobús que cubría la línea entre Pisgat Ze'ev y Jerusalén. Poco después, un segundo suicida palestino se inmoló en un puesto de control de la Guardia de Fronteras situado en las inmediaciones, aunque sin causar víctimas. Ambos atentados tuvieron lugar pocas horas después de que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y su homólogo palestino, Abu Mazen, mantuvieran un encuentro para intentar buscar una salida al laberinto de la violencia y analizar la Hoja de Ruta.
Anoche, el Ejército israelí anunciaba su intención de cerrar los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Gaza. Tal como ya ha ocurrido en numerosas ocasiones a lo largo de la Intifada, los extremistas palestinos aprovecharon el comienzo de la semana laboral y escolar en Israel para perpetrar nuevas acciones terroristas. Las estadísticas demuestran que la primera hora del domingo ha sido el día y el momento de la semana en los que se han concentrado más ataques. Y en concreto, el cruce entre los barrios de French Hill y Shuafat ha sido escenario de al menos otros dos atentados, uno similar, dentro de un autobús, y otro ejecutado con un fusil de asalto.
Vecinos de los barrios próximos de Beit Hanina y Pisgat Ze'ev, donde tiene su primera parada el autobús número 6 y donde se produjo la explosión, aseguraron haber sido despertados por el estruendo provocado por la deflagración, ocurrida a primera hora de la mañana. Las siete víctimas mortales, de edades comprendidas entre los 35 y los 68 años, eran residentes de Pisgat Ze'ev que se dirigían al centro de Jerusalén para comenzar su jornada de trabajo. De los veinte heridos, tres de ellos presentaban anoche pronóstico grave, confirmaron fuentes sanitarias israelíes.
El alcalde de Jerusalén, Uri Lupoliansky, primer ultraortodoxo en hacerse cargo del municipio, se desplazó al lugar de los hechos para contemplar las consecuencias del atentado y solidarizarse con las familias de las víctimas. El de ayer fue el primer atentado ocurrido en la ciudad desde que Lupoliansky se hizo cargo de la corporación municipal una vez que su predecesor, Ehud Olmert, pasara a principios de este año a convertirse en ministro de Industria y Comercio del Gobierno de Ariel Sharon. Si ayer hubo dos ataques, hacía ya seis meses que no se producían atentados en Jerusalén, después de que el último tuviera lugar en Kiryat Menachem, también en un autobús.
Para sorpresa del propio alcalde y de las fuerzas de seguridad, el terrorista que se inmoló dentro del autobús lo hizo disfrazado de religioso, luciendo una kipá (de acuerdo a la tradición judía) sobre su cabeza, lo que le permitió subir al vehículo sin despertar sospechas.
Según el jefe de la policía de Jerusalén, Mickey Levy, un segundo suicida se inmoló media hora después en el control de Dahit al Barid, situado a escasos kilómetros de distancia entre Beit Hanina y la localidad de Al Ram. No obstante, Levy se negó por el momento a desvelar la identidad, edad o procedencia del suicida, con el propósito de seguir las pistas pertinentes para desenmascarar la trama que posibilitó su infiltración en la ciudad -rodeada de verjas y controles de la Guardia de Fronteras- y eventualmente detener a sus responsables.
La oficina del primer ministro israelí emitió un comunicado de condena, apelando al nuevo Gobierno de la Autoridad Palestina a "poner fin, de una vez por todas, a estos actos criminales y tomar todas las medidas necesarias para impedir que los terroristas perpetren atentados contra inocentes en el corazón de nuestras ciudades". Por su parte, la ANP, a través de su recién investido ministro de Información, Nabil Amro, condenó lo ocurrido y pidió contención a sus interlocutores israelíes, con los que se habían reunido apenas cinco horas antes en la oficina de Sharon.
El jefe del Ejecutivo canceló su visita oficial a la Casa Blanca, convocando una sesión extraordinaria del mini gabinete de seguridad, a la que asistieron los ministros de Defensa, Saú Mofaz, Asuntos Exteriores, Silvan Shalom, y Justicia, Yosef Lapid. Antes de la reunión, el titular de Infraestructuras y líder del ultraderechista Partido Nacional Religioso, Effi Eitam, apeló a sus compañeros de coalición para romper el diálogo iniciado con el equipo reformista del primer ministro palestino. "Abu Mazen no quiere, y quizás incluso no puede, luchar contra el terrorismo", indicó Eitam ante los micrófonos de la radio pública israelí, obviando que actualmente el control sobre las ciudades autónomas de Cisjordania está en manos de su Ejército, que a pesar de haberlas reocupado y haberse luego retirado en tres grandes operaciones militares no ha sido capaz de erradicar el fenómeno terrorista.
Cierre de los territorios
La primera medida acordada por el Gobierno israelí tras los atentados suicidas de ayer fue el cierre de los territorios palestinos, que estará vigente a partir de hoy mismo. Esta medida tiene como principal objetivo prevenir nuevos atentados que estarían en gestación.
En cambio, el cierre podría causar más incidentes parecidos a los ocurridos ayer en varios puntos de Cisjordania y la franja de Gaza -provocados por la presencia de los tanques en las calles-, en los que fallecieron dos jóvenes palestinos y otros 30 resultaron heridos.
El primero, de 18 años, fue abatido junto al campo de refugiados de Jan Yunis, según el portavoz del Ejército, mientras intentaba colocar un explosivo. Según fuentes palestinas, recibió un balazo mientras caminaba hacia su casa.
La segunda víctima, de 15 años, falleció en Beit Janun, donde los jóvenes la emprendieron a pedradas contra los tanques que mantienen reocupada esta localidad y la vecina de Beit Lejia desde el pasado jueves para prevenir el lanzamiento de morteros contra la ciudad israelí de Sderot.
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