Estados Unidos amplía los casos de riesgo de hipertensión arterial

Un estadounidense que tenga 130 de presión sistólica tiene una nueva preocupación desde el miércoles. Ese día el Comité para la Prevención de la Hipertensión publicó su nueva guía, que tiene como principal novedad la clasificación de prehipertensos, aquellos con

la presión sistólica entre 120 y 139 y a los que el médico debe recomendar un cambio en los hábitos de vida. Hasta entonces, 130 era un valor considerado como normal.

La agencia oficial estadounidense ha revisado la literatura científica desde su anterior informe (1997) y ha concluido que una persona de 55 años con una presión normal tiene un 90% de probabilidades de desarrollar hipertensión.

Así que, puestos a prevenir, es mejor hacerlo desde que uno es prehipertenso. La guía pide a los médicos que recomienden a estos pacientes ejercicio, controlar el peso y el consumo de sal y alcohol y que dejen de fumar. No propone tratamiento farmacológico, aunque para casos más graves defiende el uso de diuréticos frente a otros medicamentos más caros. El coordinador de la guía, Edward Rocella, lanzó un mensaje a los escépticos: "Si no tienes tiempo para hacer deporte, lo tendrás para la enfermedad".

La modificación se basa en un estudio que demostró que desde 115 de presión sistólica se produce daño en los vasos sanguíneos. Las elevaciones de presión, incluso dentro del rango de la normalidad, aumentan el riesgo de muerte en pacientes de edad media y avanzada.

Vicente Bertoméu, de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), señala: "La hipertensión no aparece de un día para otro, es bueno prevenirla pero hay que evitar la alarma". La SEC acaba de revisar sus recomendaciones y no incluye la clasificación de prehipertenso.

Un 45% de los adultos españoles son hipertensos.

La presión sanguínea es un indicador de las complicaciones cardiovasculares que puede padecer una persona. Cuanto más alta, más riesgo de infarto cerebral, angina de pecho, etc. La presión sistólica (la mayor) se mide cuando los vasos se contraen para empujar la sangre. La diastólica (la menor) se mide cuando se relajan.