Aznar acusa al nacionalismo vasco de preparar una nueva alianza con ETA
El presidente del Gobierno, José María Aznar, dio ayer por hecho que se está fraguando un nuevo Pacto de Estella, firmado entre nacionalistas vascos a la vez que ETA declaraba una tregua en 1998, que él califica de pacto con los terroristas. "Hace años hubo quien llegó a acuerdos con los terroristas. Eso fue el acuerdo de Estella", aseguró, para pronosticar: "Ahora andan dando vueltas a los mismos asuntos para volver a hacer otro Pacto de Estella que es un pacto de exclusión de los demás".
Como respuesta a ese desafío, Aznar dijo que hay que tener claras "tres reglas bien sencillas". La primera es que "en España hay reglas"; la segunda es que "las normas se cumplen"; y la tercera, que "con los terroristas no se pacta". Y enfatizó: "Que nadie se equivoque en eso".
"El apoyo de ETA al plan soberanista de Ibarretxe es recíproco", señala Michavila
"Los terroristas sólo pretenden vender expectativas para hacerse presentes en campaña electoral"
"La experiencia de 1998 no se va a repetir. El Gobierno no se va a volver a sentar con ETA"
Sin nombrar ni aludir indirectamente al comunicado de ETA, Aznar dijo que los terroristas saben que "no tienen sitios donde refugiarse, se les ha acabado" y que también saben que "irán cayendo uno tras otro". Por eso, agregó, "no hay que pactar con los terroristas", sino "derrotarlos" con toda la fuerza del Estado de derecho. "Sólo con la ley, pero con toda la ley", según la frase que más gusta al Gobierno y al PP.
El comunicado de la banda terrorista considera "motivo de alegría" la propuesta de consulta a los ciudadanos vascos que plantea el lehendakari Juan José Ibarretxe, ya que se trata de "uno de los ejes principales de la lucha de ETA que no puede dejarse a un lado sin más". Distintos miembros del Gobierno sostuvieron ayer, a la vista de este comunicado, que existe una "convergencia entre el PNV y ETA". En Barcelona, el ministro de Justicia, José María Michavila, proclamó: "El apoyo de ETA al plan soberanista de Ibarretxe es recíproco" al que dan los nacionalistas vascos a Batasuna.
El presidente del PP del País Vasco y ex ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, fue más lejos: "El comunicado de ETA es la confirmación del acuerdo de la banda con el PNV". Los nacionalistas, según Mayor, quieren heredar los votos de ETA.
Aunque el Gobierno no tiene constancia de la existencia formal de contactos entre el PNV y ETA, está convencido de que sí han existido, al menos de modo informal. "ETA no saca este comunicado sin ningún elemento de juicio".
El Gobierno no cree en Ibarretxe, que ayer desmintió la existencia de contactos entre el PNV y ETA. "Perdió esa credibilidad en 1999, cuando el PNV negó acuerdos con ETA, que luego se demostraron ciertos. El PNV nunca renunció a la estrategia del Pacto de Estella, del pacto soberanista con el nacionalismo radical y ETA. Se limitó a congelarlo, cuando ETA rompió la tregua, y ahora lo relanza", señalan desde el Gobierno. El Ejecutivo no cree que el comunicado que ETA ha anunciado "en breve" proponga una tregua, aunque no lo descarta. "Lo que sí quiere ETA es vender expectativas, hacerse presente en la campaña electoral. Si hubiera tregua, Ibarretxe trataría de vender su plan soberanista como un plan de paz, lo que no ha podido hacer hasta ahora porque ETA lo rechazaba. Y aunque no la hubiera, también, porque ETA ha creado expectativas en torno al plan soberanista de Ibarretxe y con ello le ofrece un balón de oxígeno", agregan.
Abandonar las armas
El Gobierno tiene clara su estrategia: mantener la política de firmeza, trabajar por la derrota de ETA y rechazar cualquier tentativa de negociación por parte de la banda y del nacionalismo. "La experiencia de la tregua de 1998 nos enseñó a todos. Aquella experiencia ya no se puede repetir. El Gobierno no va a volverse a sentar con ETA. La banda tiene que abandonar las armas. También sabemos que lo que no hay que hacer es lo que hizo el PNV tras la ruptura de la tregua. En vez de romper de manera clara con Batasuna, dejó que ETA se convirtiera en el comisario político del Pacto de Estella".
El Gobierno estima, por el contrario, que hay que mantener la línea de acoso a ETA por la vía policial, judicial, internacional y de pacto interno con el PSOE. "Esta línea de firmeza es la que ha debilitado a ETA y la que ahora le lleva a intentar, una vez más, una nueva maniobra. Los miembros de ETA saben que ya no cuentan con un aparato político porque se ha ilegalizado, que a sus militantes encarcelados les espera un futuro muy malo con penas más altas y que, además, no tendrán privilegios carcelarios", explican desde el Gobierno.
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