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Reportaje:ELECCIONES 25M | La influencia de los partidos regionalistas

El Gobierno de cinco comunidades depende del poder regionalista

Los partidos autonomistas serán decisivos en Aragón, Baleares y Canarias, y pueden serlo en Cantabria y La Rioja

Luis R. Aizpeolea

José María Aznar suele calificar despectivamente como "tropa" a las alianzas del PSOE con los partidos regionalistas que amenazan su poder en las comunidades autónomas. Aznar tiene aún clavada la espina de cómo, en 1999, el PP, pese a ser el partido más votado en Aragón y Baleares, perdió ambas comunidades por un pacto del PSOE con los regionalistas de esas dos autonomías.

Los socialistas le devuelven a Aznar el reproche y atribuyen las dificultades del PP para pactar con otros grupos a su "estilo autoritario y sectario". En las elecciones del próximo 25 de mayo hay cinco de las trece autonomías en juego donde los partidos regionalistas pueden volver tener la llave para formar gobierno. En Canarias, Aragón y Baleares, de manera clara. En otras dos comunidades, Cantabria y La Rioja, parten de premisas menos influyentes, pero podrían ser decisivos si se produjese un mínimo descenso del PP y una subida del PSOE.

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Pío García Escudero, responsable de Organización del PP, y Juan Fernando López Aguilar, jefe socialista del área autonómica, coinciden en que los regionalistas defienden "intereses locales" y votan indistintamente al PP o al PSOE en función de esos intereses. ¿Qué pasará el 25-M?

Coalición Canaria (CC) gobernó con los socialistas en 1995 cuando Felipe González presidía el Gobierno central. Tras las elecciones autonómicas de 1999, en las que CC logró 25 escaños, el PP, 19 y el PSOE, 14, formó gobierno con el PP. ¿Y ahora? "Volverá a gobernar con el partido que gobierna en Madrid, el PP", apuesta un dirigente de Coalición Canaria.

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En Aragón, también el Partido Aragonés (Par) ha gobernado indistintamente con populares y socialistas. Lo hizo con el PP tras las elecciones autonómicas de 1995, pero en 1999 cambió de pareja y pactó con el PSOE. Pese a que el PP logró 28 escaños, el Par, con 10, formó gobierno con el PSOE, que obtuvo 23.

¿Por qué ese giro? "Por el intento del PP de absorber al Par en la etapa en que presidió la Diputación General de Aragón Santiago Lanzuela", explica un portavoz del Par.

¿Y ahora? Está casi asegurada la continuidad del apoyo del Par al PSOE en el Gobierno, sobre todo porque el PP ha incumplido el Pacto del Agua, detalla el mismo portavoz del Par. Sin embargo, en esta comunidad surge una novedad: el avance de la Chunta Aragonesista, un partido regionalista de izquierdas que puede reclamar una participación en el reparto del poder autonómico y municipal.

En Baleares también se produce la constante de un partido regionalista que ha gobernado indistintamente con el PP (de 1983 1991) o PSOE (de 1995 a 2003). Es el caso de Unió Mallorquina (UM), que dirige María Antonia Munar, que con 3 escaños y el 7,32% de los votos, tuvo la llave de la gobernabilidad de las islas en 1999, en que apoyó al Gobierno socialista de amplia coalición de Francesc Antich, y también la tendrá a partir del 25 de mayo.

Munar no se ha definido todavía. Se limita a señalar: "Pactaremos con quien pueda hacer cumplir nuestro programa", si bien admite que el pacto de amplia coalición con el socialista Antich "ha sido muy positivo".

En la comunidad cántabra, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), de Miguel Ángel Revilla, tuvo, en 1999, la llave de la gobernabilidad con seis escaños ya que el PP logró 19 y el PSOE 14. Formó gobierno con el PP. Ahora no se define sobre lo que hará tras el 25-M: "Elegiremos con quien gobernamos por la simultaneidad de los programas y el compromiso de su cumplimiento".

En cuanto a La Rioja, el candidato del Partido Riojano (PR), Miguel González de Legarra, tampoco se define. Su partido no fue bisagra en 1999 porque sólo logró dos escaños frente a los 13 del PSOE y 18 del PP, que tuvo mayoría absoluta para formar gobierno. Las encuestas vaticinan un aumento del PSOE y un descenso del PP que le podría dar un papel decisorio esta vez.

En la Comunidad Valenciana, el descalabro de Unión Valenciana (UV), un partido regionalista importante entre 1987 y 1995, dejó al PP la vía libre para ganar con mayoría absoluta en 1999. En estas elecciones irrumpe un nuevo partido regionalista, el Bloque Nacionalista Valenciano, del ex ministro socialista Vicente Albero. La situación valenciana confirma la tesis del PP y del PSOE de que los partidos regionalistas "no desaparecen sino que son como un Guadiana". "Estamos en el siglo de las identidades como respuesta a la globalización y eso explica su reproducción", añade un dirigente socialista.

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