Berlín y París presionan al BCE para bajar tipos y debilitar el euro
La fortaleza de la divisa europea perjudica sobre todo a las exportaciones de Alemania
La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no bajar los tipos de interés el pasado día 8 no ha gustado nada a Berlín y París. El eje franco-alemán está dispuesto a hacer todo lo posible para que el próximo mes se produzca el ansiado reajuste. Hans Eichel, el ministro alemán de Finanzas, apoyado por su homólogo francés, Francis Mer, defendieron ayer en la reunión del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro) que existe margen para una bajada de tipos (hoy en el 2,50% frente al 1,25% en EE UU) que, de rebote, frenaría una fortaleza del euro frente al dólar que está perjudicando a las exportaciones alemanas.
El BCE goza de independencia a la hora de tomar sus decisiones, pero los ministros de Finanzas también defienden su derecho a emitir opiniones. Eso es lo que hizo ayer Eichel, que en los días previos a esta nueva reunión del Eurogrupo ya reconoció, como el canciller Gerhard Schröder, que los datos macroeconómicos alemanes son peores de lo esperado. A la reunión de ayer del Eurogrupo no asistió el presidente del Banco Central Europeo, el holandés Wim Duisenberg, pero sí el griego Lucas Papademos, vicepresidente de la entidad.
Crecimiento escaso
Mientras Alemania confiaba en crecer este año entre un 1% y un 1,5%, ahora sitúa ese porcentaje en torno al 0,7% y la Comisión Europea aún lo reduce al 0,4%. Si los tipos de interés no bajan, argumentaban ayer fuentes alemanas, Berlín entrará en peligro de recesión. Entre otras razones, porque unos tipos altos en Europa en relación con EE UU empujan al alza al euro, lo que perjudica de forma especial las exportaciones alemanas de automóviles. En menor medida, Francia también sufre consecuencias similares y ayer defendió una pronta bajada de tipos que el BCE mantiene inalterables desde marzo.
La moneda única llegó a estar en la mañana de ayer por encima de los 1,16 dólares, un nivel que no alcanzaba desde su lanzamiento en enero de 1999, aunque en las horas posteriores se estabilizó alrededor de los 1,15 dólares. En lo que va de año, el euro se ha apreciado un 10% frente al billete verde norteamericano, y un 24% en los últimos 12 meses.
La Comisión Europea recordó ayer que "el euro estaba devaluado" y que era previsible una "corrección" frente al dólar aunque "una elevada volatilidad no es positiva para los mercados".
Sea por ese fenómeno o por la situación global de la economía europea, el BCE anunció el pasado día 8 que la referencia de la inflación en la zona euro será "alrededor del 2%" (en abril se situó en el 2,1%) y no como ahora "hasta el 2%", un detalle que parece abrir más posibilidades a una pronta bajada de los tipos de interés.
Pero los negativos datos de la economía alemana avanzados por Eichel afectan especialmente a su desequilibrio presupuestario. Y ello cuando Bruselas ya ha lanzado contra Berlín el procedimiento de déficit excesivo porque ya superó el año pasado el 3% del producto interior bruto (PIB). Eichel ha anunciado que también este año superará ese límite prohibido por el Tratado de la Unión Europea y el Pacto de Estabilidad y que, en contra de recientes promesas oficiales alemanas, Berlín no podrá alcanzar el equilibrio presupuestario en 2006.
Prudencia y comprensión
Pese a todo, la Comisión Europea no sólo se mostró prudente, sino incluso comprensiva, dadas las expectativas del bajo crecimiento alemán para este año. El portavoz de Pedro Solbes, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, afirmó ayer que "no es necesario reabrir el debate sobre el Pacto" y que tanto Alemania como Francia (igualmente con déficit excesivo) están adoptando "medidas adecuadas para reducir sus déficit".
Bruselas optó ayer por hacer hincapié en que, si bien el déficit nominal alemán estará este año por encima del 3% (3,4%, probablemente), el estructural será del 2,5%. Además, el Ejecutivo comunitario destacó que, "hasta el momento", todas las declaraciones de los responsables europeos de Finanzas son "respetuosas" con los objetivos fijados: por ejemplo, el compromiso alemán de reducir anualmente su déficit al menos en un 0,5% del PIB a partir del año que viene.
Pero el frenazo que sufre la economía europea desde hace dos años puede haber tocado fondo y, según la Comisión Europea y la mayoría de los ministros asistentes ayer a la reunión del Eurogrupo "empieza a verse la luz al final del túnel". Por eso, anoche debatían la posibilidad de anunciar oficialmente que Europa iniciará en breve un despegue que se materializará el año que viene. Sólo tenían una duda al respecto: la economía estadounidense no acaba de arrancar y puede influir negativamente en la europea.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Euro
- Pedro Solbes
- RFA
- Política monetaria única
- Declaraciones prensa
- Tipos interés
- BCE
- Adjudicación contratos
- Alemania
- Moneda
- Contratos administrativos
- Francia
- Europa occidental
- Créditos
- Política exterior
- Derecho administrativo
- Servicios bancarios
- Gente
- Unión Europea
- Banca
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Administración pública
- Relaciones exteriores
- Finanzas