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ELECCIONES 25M | Comicios municipales en Cataluña

Artur Mas pide a los socialistas que le pongan "un bozal" a Maragall

El 'delfín' de Pujol afirma que CiU "no puede fiarse" de Esquerra Republicana

Enric Company

Los dirigentes de CiU suelen calificar despectivamente las afirmaciones de su rival socialista Pasqual Maragall como "desvaríos" y "maragalladas". Artur Mas subió ayer otro peldaño en la escalada de descalificaciones y pidió a la dirección del PSC que "le ponga un bozal" a Maragall. Era su forma de contraatacar después de que Maragall les acusara de gobernar sólo para los catalanes de origen y de tener una idea de la catalanidad basada en la limpieza de sangre.

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Mas definió las palabras de Maragall como un discurso "asqueroso" en una entrevista por Radio Tele-Taxi. Pero no se quedó ahí. También dijo que el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat es un "irresponsable" que se está dedicando con "cinismo" a la "destrucción" de la convivencia en Cataluña. Luego, en Mollet del Vallès, donde inició una gira por el Vallès Oriental, dijo que Maragall "va con una cerilla pegando fuego" y le acusó de ser un "peligro" para el país, de "sembrar la semilla de la división" y de "atacar la línea de flotación" de la convivencia.

En el mismo sentido se expresó el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, según el cual Maragall "no está haciendo campaña electoral municipal, está haciendo un discurso político etéreo, con ocurrencias no siempre positivas".

Los socialistas recibieron con ironía la sugerencia del "bozal". El primer secretario del PSC, José Montilla, pidió a CiU que en ningún caso le coloquen uno a Mas. "Yo espero que no le pongan ninguno a Mas; nos va muy bien que hable porque se descalifica como candidato a la presidencia de la Generalitat".

Los nacionalistas creen que Maragall "agita" estos días las aguas de la inmigración de las décadas de los cincuenta y los sesenta en un esfuerzo por levantar el voto en el área metropolitana de Barcelona, donde se concentra esta población. Pero Artur Mas vinculó también la ofensiva de Maragall a las "amenazas" que pesan sobre el modelo territorial defendido por CiU, en particular ante su previsible pérdida de posiciones en los consejos comarcales.

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Seguridad ciudadana

La reciente reforma de los consejos comarcales, en la que CiU se quedó sin aliados en el Parlament, demostró que los nacionalistas de Jordi Pujol no pueden contar más que con sus propias fuerzas para defender su modelo. Y ayer Artur Mas quiso dejarlo claro, por si quedaba alguna duda. "Nuestro modelo de Cataluña está amenazado", afirmó en un almuerzo con militantes y simpatizantes de Sant Celoni.

El secretario general de Convergència subrayó que la amenaza que representa Maragall "no es nada retórico, sino real", y que sólo CiU está en condiciones de hacerle frente. "No podemos fiarnos ni del PP, ni de Esquerra Republicana", los dos partidos con los que CiU ha formado mayorías parlamentarias en distintas épocas.

Del PP, su aliado durante la presente legislatura autonómica, dijo que a estas alturas a lo que los nacionalistas pueden aspirar, en el mejor de los casos, es a que "tengan la menor fuerza posible en Cataluña". De Esquerra Republicana, Mas lamentó que haya pactado con el PSC y el PP en la reforma de los consejos comarcales, lo que para él equivale a "romper el equilibrio territorial de Cataluña". "Me duele decir que en Esquerra tampoco podemos confiar", dijo. Duran Lleida concluyó asegurando que en cuestiones municipalistas Iniciativa per Catalunya (ICV) "es la mano izquierda" del PSC y "ERC es su mano derecha".

La comarca del Vallès Oriental es un feudo socialista al que Mas acudió ayer para apoyar a los candidatos que aspiran a alcanzar las alcaldías de Mollet, Sant Celoni, La Roca y Granollers. Mas acusó a los ayuntamientos socialistas de haber descuidado la seguridad ciudadana, de reducir sistemáticamente los efectivos de la policía local, de minimizar las correspondientes partidas presupuestarias y de ser sólo eficaces "a la hora de poner multas". Frente a esta política, Mas prometió otorgar "prioridad" a los problemas de la seguridad ciudadana y continuar con el despliegue de los Mossos.

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