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La última edición de ArtChicago cierra sus puertas en un clima de incertidumbre

Las galerías españolas sufrieron problemas en la aduana por las medidas antiterroristas

ArtChicago 2003, la más establecida de las grandes ferias de arte contemporáneo de Estados Unidos, concluye hoy sumida en la incertidumbre sobre su futura identidad. La actual edición se ha visto afectada por la crisis económica y el espectro bélico, que han reducido ventas. Los controles aduaneros hicieron que la mayoría de las obras de las galerías españolas no llegaran hasta el mismo día del montaje y que una de ellas se haya visto privada de uno de sus artistas, el que más vende además en Chicago, por haber quedado todas sus esculturas retenidas en el puerto.

Ocho galerías españolas han participado en este certamen, al que el año pasado acudieron 12. Los galeristas recelaban del efecto bélico sobre los coleccionistas y de la contracción económica, que algunos ya notaron en 2002 y que los llevó ahora a tirar la toalla. Los resultados han dado la razón a los pesimistas. Con la excepción de la madrileña Espacio Mínimo, cuyas ofertas tienen año tras año una espléndida acogida en Chicago, el resto de las galerías hablaban de poco negocio, menos visitas y menos profesionales que en ediciones precedentes.

A Chicago no han acudido este año galerías de renombre -como la canadiense Landau (un museo móvil de grandes maestros del siglo XX) o la británica Annely Juda- por la orientación que está tomando la feria hacia el arte joven, que atrae a un público joven y de menor poder adquisitivo. Isabel Ignacio, directora de la galería homónima de Sevilla, acude por primera vez y aplaude el giro porque "hay una nueva generación de artistas que pide paso". Ella ha hecho una apuesta arriesgada con el acero cortén y las impresiones digitales sobre lienzo de Jesús Algovi.

Chicago se ve gravemente amenazada por la feria que Basilea ha empezado a montar en Miami. La mayoría de las galerías europeas no están en condiciones de acudir a ambas citas y Basilea / Miami probó en diciembre su capacidad de convocatoria y organización.

A pesar de la creciente presencia de la fotografía en ArtChicago, la valenciana My Name's Lolita Art aboga por la recuperación de la pintura y la nueva figuración. Su espacio está dominado por el lienzo Las mil y una noches, de Ángel Mateo Charris, que Ramón García Alcaraz, el director de la galería, define como "un Guernica de la emigración": un muñeco como los del Día de los Muertos mexicano representa al emigrante a quien un policía con un uniforme de evocaciones nazis mira los papeles.

El temor al extraño y la perenne guerra contra el terrorismo de George Bush han causado daños colaterales a los galeristas españoles. El contenedor en que viajaban las obras de un escultor con fieles seguidores en Chicago fue retenido en el puerto. Para la galería, que no desea ser identificada, el contratiempo burocrático ha sido un misil en la línea de flotación. Como casi todas las galerías -también viajaron a Chicago Altxerri (San Sebastián), Metta (Madrid), Trinta (Santiago de Compostela), Visor (Valencia) y Van der Voort (Ibiza)- tuvieron un susto semejante, los marchantes ironizaban sobre la amistad de Bush y José María Aznar.

<i>Las mil y una noches,</i> de Ángel Mateo Charris, fue exhibida en Chicago por la galería My Name&#39;s Lolita.
Las mil y una noches, de Ángel Mateo Charris, fue exhibida en Chicago por la galería My Name's Lolita.
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