La geometría mística de Eusebio Sempere se exhibe en Roma
La antológica de la Academia de España es su primera exposición internacional desde 1985
Introvertido y minucioso, Eusebio Sempere (1923-1985) no se adaptó nunca al tópico del genio español. Su muerte, relativamente precoz, a los 62 años, le impidió disfrutar del éxito internacional en un momento favorable a su estilo. Son detalles que explican el silencio que ha precedido a la exposición antológica sobre el arte geométrico y místico de Sempere, inaugurada ayer en la Academia de España en Roma, la primera muestra internacional después de su muerte en 1985. La exposición recorre, a través de 64 obras que proceden de la propia colección del artista alicantino, su evolución pictórica y escultórica.
Pablo Rico, comisario de la exposición, que procede del Museo de Alicante, subrayó ayer que las obras expuestas son "los sempere de Sempere", es decir, óleos, acuarelas, guaches, serigrafías, litografías y esculturas que el artista no vendió, y fue acumulando en su propio estudio o en su casa. A su muerte, en 1985, pasaron a manos de su compañero de los últimos años, Abel Martín, asesinado y robado en su domicilio madrileño poco después. Un trágico e inquietante episodio que complicó la recuperación de las obras hasta que en los años noventa la policía detuvo a los autores del crimen y recuperó el botín. El Museo de Alicante, al que Sempere había cedido su colección de obras de arte, acabaría comprándolas, recuperando así un total de 101 piezas.
La vida de Eusebio Sempere estuvo marcada por la búsqueda del equilibrio entre la forma, los sonidos y la luz. "Era una persona profundamente religiosa, con inquietudes místicas, uno de los primeros exponentes de la conciencia cívica en España", explica Pedro Rico. Sempere batalló lo suyo para lograr la colocación en Madrid de la escultura de Chillida La sirena varada y fue un elemento esencial en muchas iniciativas de arte público. Razones más que suficientes para que la Academia de España en Roma haya decidido inaugurar su nueva sala de exposiciones con la obra de este artista.
La exposición se inicia con las acuarelas festivas que Sempere, uno de los primeros artistas (con Chillida y otros) que salió de España tras la Guerra Civil, en 1949, para instalarse en París, realizó bajo la influencia de un Paul Klee, Kandinsky o Mondrian. Eran años duros en la capital francesa y el artista dedicaba a sus cuadros las horas nocturnas, después de haber cumplido largas jornadas laborables, dedicado a tareas ajenas al arte.
En Sempere se va afirmando poco a poco el interés por la profundidad geométrica, que se hace patente en la siguiente etapa, los años sesenta, cuando el artista, de regreso a España, recibe los primeros homenajes. De esa época son los misteriosos guaches sobre tabla, obras precisas, de larga elaboración y ejecución que, como explica el comisario, "hay que contemplar a 20 centímetros de distancia".
En las siguientes salas se exhiben las serigrafías y litografías -quizá la obra más conocida de Sempere- junto a algunas espléndidas muestras de su escultura pública. Columnas de acero cromado, que al moverse producen efectos inesperados de forma y luz, rejas de acero negro que se desplazan creando un efecto de agua, órganos del mismo acero cromado que giran sobre sí mismos como si fueran piezas vivas. "Lo que el artista pretendía era que la gente pudiera tocar sus esculturas, creando así efectos plásticos inesperados", dice el comisario.
La muestra de Sempere, que estará abierta los meses de mayo y junio, es la decimoséptima de las organizadas dentro del programa de arte español en el exterior, promocionado por el Ministerio español de Exteriores. A inaugurarla acudieron ayer, además del embajador español en Italia, José de Carvajal, el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Miguel Ángel Cortés, y el responsable de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, Felipe Garín.
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