"Barcelona mostrará en 2004 que Europa es una voluntad de paz"
Dentro de un año exactamente, coincidiendo con el Día de Europa, se inaugurará en Barcelona el Fórum Universal de las Culturas. Se trata de un invento, una especie de olimpiadas de las buenas intenciones, que tiene como ejes la reflexión sobre tres de los grandes retos de la humanidad: el respeto a la diversidad cultural, las condiciones necesarias para la paz y el desarrollo sostenible. Todo ello se abordará con debates, exposiciones, espectáculos y todo tipo de actividades lúdicas, culturales y gastronómicas entre el 9 de mayo y el 26 de septiembre de 2004, en parte en toda la ciudad, pero sobre todo en la nueva área de la ciudad que surge junto a la desembocadura del río Besos, modelo del nuevo urbanismo posolímpico que avanza no sin voces críticas. Esta semana se ha presentado el programa y empieza a ser posible hablar de los contenidos del Fórum, de aquello que en definitiva justifica un gasto que supera los 300 millones de euros. Jaume Pagés, ingeniero y ex rector de la Universidad Politécnica de Cataluña, desembarcó como consejero delegado del Fórum hace un año y durante este tiempo ha liderado el equipo que ha diseñado estos contenidos.
"Queremos ser neutros, pero es cierto que se convoca desde una visión optimista del futuro"
Pregunta. El Fórum se presenta como confluencia entre los foros de Davos y Porto Alegre, con el ánimo no de plantear los problemas, sino de aportar soluciones.
Respuesta. Ésta es nuestra voluntad. La idea es que el Fórum vaya más a la búsqueda de ejemplos positivos que pueden ser soluciones más que exposición de problemas. La situación del mundo es complicada, pero se están generando oportunidades y muchas actividades que señalan caminos del futuro. El Fórum debe hacer un esfuerzo justamente para difundir estos aspectos que se generan afrontando positivamente el futuro del conjunto de la humanidad.
P. ¿Sin posicionarse?
R. El Fórum pretende ser neutro, porque queremos que todo el mundo se sienta invitado a decir lo que piensa. Pero, bueno, es cierto que si se va rascando no lo es tanto, porque se convocado desde una visión optimista del futuro. Se hace justamente porque hay un subconsciente que piensa que hay salidas a estos problemas y tenemos la obligación de luchar para encontrarlas.
P. Aunque tardó en posicionarse respecto al conflicto de Irak, es evidente que el Fórum se sitúa del lado de la paz.
R. Exacto. Pero la paz es algo que hay que construir, y por lo tanto es algo que exige esfuerzo. La paz es un gran deseo de la humanidad, pero es también una utopía, algo a lo que hemos de ir caminando, y no estamos cerca. Aunque pienso que está más cerca ahora que hace diez años.
P. ¿Ahora que hace diez años? ¿De la paz?
R. Sí, yo pienso que está más cerca, si no de hace diez años, sí de hace 100. O, para ser precisos, de hace 53 años. Hoy, Día de Europa, celebramos los 53 años de la declaración Schumann [acuerdo franco-aleman que está en el origen de la Unión Europea], un punto emblemático, creo yo, en la evolución de la humanidad. Europa ha sido muchas cosas, y también un gran campo de batalla a lo largo de 2.000 años, que en el último siglo ha acogido nada menos que dos guerras mundiales. La declaración Schumann nace justamente para que eso no vuelva a ocurrir nunca más. Es un experimento, un intento para superar los conflictos, no a través de guerras o de ocupación de territorio, que es como se construyeron los Estados Unidos con la conquista del Oeste. Europa intenta algo diferente: puesto que el espacio ya está ocupado desde la antigüedad, se pretende llegar a una unidad superior que respete la diversidad, las identidades culturales que la componen. El Fórum tiene que hacer ver a la gente que Europa es una voluntad de futuro en paz porque, desde mi punto de vista, es un proceso extraordinariamente interesante si llega a buen fin, por encima de las dificultades que encuentran los estados, generadores de disensiones en sus ansias de protagonismo.
P. Su discurso no parece encajar con la postura de Aznar, más próxima a Estados Unidos que a Europa. Y el Gobierno es una de las tres administraciones implicadas en la organización del Fórum.
R. Todos tenemos contradicciones, y el Gobierno, también. Lo importante es que todas las administraciones se han puesto de acuerdo para organizar un foro no sobre los que nos separa, sino sobre los que nos une, y lo que nos une es la voluntad de diálogo. La clave es que seamos capaces de hablar y de entender y de escuchar.
P. Ésperan cinco millones de visitantes. Además de espectáculos y exposiciones, ¿qué ofrecen?
R. Una experiencia nueva, diferente a la han que podido tener los visitantes de una Expo, un parque temático o el Festival de teatro de Avignon. Aparte de que la gente se lo pase bien, se trata de ofrecer un valor añadido consistente en descubrir matices, comprobar que la realidad no es negra o blanca, sino que hay muchos tonos de gris y que esto constituye una gran riqueza. Habrá debates y fiesta, es decir, aportación intelectual y emotiva.
P. ¿No se pretende que sea una semilla para solucionar alguno de los problemas que plantea?
R. Sí, y tanto. Pero solucionar problemas quiere decir poner a la gente en condiciones de solucionarlos. Quienes solucionan los problemas son las personas. El Fórum pretende justamente influir sobre las personas y poner en ellas la simiente para resolver las contradicciones. No renunciamos a que algunos de los diálogos que se celebrarán lleguen a conclusiones que posteriormente puedan ser discutidas dentro del sistema de relaciones internacionales. No es nuestro objetivo número uno, pero no renunciamos a que algunas de las conclusiones a que lleguen los debates de 2004 sean recogidos por la Unesco o por otras agencias de Naciones Unidas.
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