ELA y LAB lanzan un ataque político contra la patronal por "negar el diálogo"
Los sindicatos 'abertzales' convierten el 1 de Mayo en una manifestación soberanista
Los sindicatos nacionalistas ELA y LAB aprovecharon ayer su celebración del 1 de Mayo para hacer un discurso soberanista y arremeter en tonos claramente políticos contra los empresarios, a los que acusaron de "negar el diálogo" para solucionar el conflicto vasco y de apoyar el pacto antiterrorista. El Primero de Mayo se vivió en Euskadi en un ambiente de fiesta con un fondo de enfrentamiento total. Los nacionalistas celebraron en Bilbao su acto central, con menos asistencia que otros años por la huelga del transporte en Vizcaya y mucho más contenido político que laboral.
Las centrales no nacionalistas (UGT, CC OO y USO) recorrieron las calles de las tres capitales.
Las dos mayores centrales nacionalistas recuperaron, tras tres años de ruptura, un Primero de Mayo en unidad. En honor a Jorge Oteiza, fallecido el pasado 9 de abril, los secretarios generales de ELA, José Elorrieta, y LAB, Rafael Díez Usabiaga, desgranaron sus discursos frente a la obra del escultor levantada ante el Ayuntamiento bilbaíno. Allí, Usabiaga habló del "fascismo en estado puro" que se practica en España y del actual "golpe de Estado camuflado" que se ha lanzado "desde el poder", en referencia a la ofensiva judicial contra Batasuna y sus sucesores. Usabiaga hizo un llamamiento a la unidad abertzale "más allá de los intereses electorales". Elorrieta pidió después esa misma unidad y focalizó gran parte de su discurso en el pacto antiterrorista firmado por el PP y el PSOE.
"Están decididos a ganar la guerra del norte a cualquier precio", señaló Elorrieta al hablar del cierre de Egunkaria y la ilegalización de Batasuna y como argumento para la unidad de acción nacionalista hacia la autodeterminación. El líder de ELA incluyó en ese pacto antiterrorista a las patronales vasca (Confebask) y navarra (CEN) y a los sindicatos no nacionalistas. Recalcó que en el Primero de Mayo es obligatorio hablar de la "patronal en clave política" y acusó a los empresarios de oponerse a "una salida democrática al conflicto vasco". Elorrieta sostuvo que sólo PP y PSOE y "las organizaciones controladas por estos partidos, tienen una posición tan beligerante".
José Manuel Farto, el secretario general de la patronal alavesa (SEA), se llevó la peor parte por haber hecho "suyo el chantaje sobre la partición territorial de la comunidad autónoma del País Vasco", al hacer referencia a lo bien que le ha ido a Navarra en solitario. Elorrieta, quien condenó las amenazas a los empresarios, acusó al Gobierno de tratar a la patronal "a cuerpo de rey" pese a sus "chantajes políticos".
La manifestación nacionalista, que congregó a 20.000 personas, según sus organizadores, tenía como lema Democracia, justicia y autodeterminación. ELA cedió la cabeza de la marcha a LAB, quien entre sus manifestantes sumó a dirigentes de la ilegalizada Batasuna como Arnaldo Otegi o Joseba Permach.Elorrieta no leyó íntegro su discurso por el retraso del acto. En la parte entregada a los medios de comunicación y no leída ante su público quedaron sus ataques a UGT y CC OO, a las que acusó de practicar el frentismo por su "centralismo sindical" y su participación también en el pacto antiterrorista. El líder de ELA se defendía así de las acusaciones de sus rivales de dividir a los trabajadores con su política soberanista.
Elorrieta y su sindicato fueron de la misma forma destinatarios de algunos de los mensajes de los secretarios generales de CC OO y UGT en Euskadi, Josu Onaindi y Dámaso Casado, respectivamente, que participaron en la marcha conjunta de sus centrales en Bilbao bajo el lema Más empleo y protección social. Casado aseguró que miles de trabajadores carecen en Euskadi de convenio por la negativa de ELA a negociarlos, mientras que Onaindi acusó al Gobierno vasco de actuar en "connivencia" con la central mayoritaria. El partido que sustenta el Departamento de Empleo, EA, anunció el miércoles que acudiría a la manifestación de ELA y LAB.
Casado, empeñado en una ya tradicional demanda de su sindicato, la unidad de acción en beneficio de los trabajadores, dijo a ELA que "la inmensa mayoría de los trabajadores están hoy sin convenio" porque "no se preocupan de la defensa de los trabajadores. "Menos soberanía e independencia, porque no son la prioridad de los trabajadores", agregó.
Onaindi se mostró especialmente crítico con el Gobierno vasco por algo que ya empieza a ser una constante en sus declaraciones públicas: la "connivencia" que aprecia entre el Ejecutivo y ELA,
"lo que niega la posibilidad de avanzar en la solución de los problemas de los trabajadores".
También criticó al Gobierno porque desde hace años "no ha sido capaz de articular fórmulas de negociación con los agentes sociales" y puso como ejemplo el arbitraje impuesto en el conflicto de los autobuses vizcaínos, que supone "la vuelta al concepto del franquismo donde se imponían los criterios de los empresarios y el Gobierno".
A la marcha de Comisiones Obreras y UGT acudieron, entre otros, el consejero de Vivienda y Asuntos Sociales y coordinador de IU en Euskadi, Javier Madrazo, y el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López.
De acuerdo contra la SEPI
Si los sindicatos se pusieron ayer en algo de acuerdo es en que la culpa es de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Las dos manifestaciones, la de los nacionalistas y las de las centrales de clase, llevaron en su interior el problema sobre el futuro de Babcock Borsig. Los trabajadores de la planta de bienes de equipo, cada uno en el seno de su sindicato, pidieron a la SEPI, antiguo propietario y privatizador, que encuentre una solución a su actual situación de incertidumbre y riesgo de cierre. La sociedad estatal busca nuevo accionista.
Con el protagonismo del fabricante vasco de bienes de equipo otros conflictos estuvieron también presentes en el Primero de Mayo. Así, la huelga del transporte en Vizcaya, la asistencia domiciliaria, la embotelladora de Coca Cola, las residencias de la tercera edad o los convenios del Papel y el Metal de Guipúzcoa fueron, entre otros, recordados por los manifestantes en sus marchas.
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