Destrucción del patrimonio arqueológico
La importancia de Gades en el mundo antiguo no tiene, por desgracia, reflejo en la configuración actual de la ciudad. Cualquier extranjero que se acerque a Cádiz buscando antigüedad se sentirá defraudado por la pobreza de su patrimonio arqueológico: apenas el teatro y un columbario.
Recientemente ha aparecido en los cuarteles de Varela una monumental villa romana. Destaca en ella, en su ángulo más próximo a la avenida y al casco histórico, una domus (casa) cuya planta se conserva íntegra, incluyendo su peristilo (patio con columnas).
El hallazgo es excepcional por varias razones: se encuentra en un solar municipal, amplio y libre de edificios -uno de los últimos en este estado-, por lo que representa tal vez la última posibilidad de rescatar un conjunto romano; el lugar es además céntrico y transitado, por lo que su musealización tendría una rentabilidad máxima.
Cualquier ciudad se enorgullecería de tener un monumento así, que permitiera a sus habitantes y visitantes evocar un pasado tan glorioso como el que tiene Cádiz. Sería posible aislarlo con cristal del resto del aparcamiento subterráneo, y permitir su visita por la misma puerta de éste. Ello costaría, eso sí, 10 plazas de garaje de las aproximadamente 200 que el Ayuntamiento proyecta construir.
¿Cómo se puede entender que la administraciones afectadas (Ayuntamiento de Cádiz, Junta de Andalucía) hayan tomado, según parece, la decisión de arrancar de ahí esa domus, por más que se admita la inconcreta posibilidad de desnaturalizarla colocándola en no se sabe qué otro sitio? ¿En qué mente constituyen 10 plazas de garaje una riqueza mayor para la ciudad que este vestigio de la historia de todos?
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