Los sindicatos piden al Gobierno que no abra una "guerra lingüística"

Los sindicatos mayoritarios de la enseñanza no universitaria -CC OO, STE y UGT- fijaron ayer sus posiciones frente a la polémica reforma educativa del PP que pretende consolidar la primacía lectiva del castellano sobre el resto de lenguas cooficiales en el Estado, a través de dos proyectos de decreto que regulan la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE), que se discutirán hoy en Madrid en el Consejo Escolar del Estado. "El CES debería hacer un llamamiento al Gobierno para que la polémica sobre los horarios se resuelva mediante consenso y negociación. No tiene ningún sentido la guerra lingüística abierta por el Gobierno", a juicio de la federación valenciana de UGT, que adelantó que exigirá al consejo una financiación "adecuada" para llevar a cabo la reforma.

En esa dirección, los sindicatos nacionalistas -USTC-STEs, STEPV y STEI- reafirmaron que "el Gobierno central tiene una postura muy clara: hacer de la lengua un arma política que estimule la confrontación social". En su opinión, la rectificación enunciada por la ministra Pilar del Castillo no es suficiente, ya que "dificulta la equiparación horaria con el valenciano", sobre todo en el nivel de "aprendizaje de mecanismos de leptoescritura". Esta decisión se traduce en "un menosprecio del valenciano con el claro objetivo de perturbar su proceso de normalización y de acentuar aún más la pérdida de su uso social". CC OO, por su parte, denuncia "la falta de negociación y consenso con las comunidades autónomas, lo que ha creado un enfrentamiento innecesario respecto a las enseñanzas comunes de la Lengua Castellana". El sindicato considera que "esta actitud centralista no puede justificarse sino es por intereses partidistas, puesto que los estudios no demuestran la necesidad de modificación alguna".